El origen de la bandera blanca como símbolo de rendición y petición de paz

Enarbolar una bandera blanca por parte de un ejército o soldados individuales es un símbolo reconocido internacionalmente cuyo origen apenas está documentado.

Hoy en día se identifica la bandera blanca como una señal de rendición, alto el fuego o intención de negociar, y así se recogía en las reglamentaciones de la guerra derivadas de las Conferencias de La Haya de 1899 y 1907, y en las Convenciones de Ginebra vigentes en la actualidad.

Se prohibía especificamente abrir fuego contra personas que enarbolasen una bandera blanca, y al mismo tiempo éstas tampoco podían fingir rendirse mientras la portasen. El incumplimiento de estas normas supone un crimen de guerra aunque, evidentemente como toda regla, ha sido violada en numerosas ocasiones desde entonces.

Pero las Conferencias de La Haya y Ginebra solo pusieron por escrito algo que ya se venía haciendo desde muy antiguo. ¿De dónde procede la costumbre de usar una bandera blanca para rendirse?

La primera mención histórica proviene de Tito Livio, quien cuenta que un barco cartaginés enarboló telas blancas y ramas de olivo como señal de rendición durante la Segunda Guerra Púnica, que se desarrolló entre 218 y 201 a.C.:

haud procul aberat cum uelata infulis ramisque oleae Carthaginiensium occurrit nauis. decem legati erant principes ciuitatis auctore Hannibale missi ad petendam pacem (cuando le salió al encuentro una nave cartaginesa cubierta con cintas blancas y ramas de olivo. Eran diez legados de entre los primeros de la ciudad enviados a solicitar la paz a instancias de Aníbal). Tito Livio, Libro 30, 36

Alemanes enarbolando bandera blanca tras la capitulación de Breslavia / foto Dominio público en Wikimedia Commons

La segunda proviene de Tácito, en sus Historias (escritas hacia 100-110 d.C.). Tácito cuenta en ellas la guerra civil que enfrentó al mundo romano tras la muerte de Nerón el año 69 y el ascenso al trono de Vespasiano, finalizando con el asesinato de Domiciano el año 96.

El hecho se produjo en la Segunda Batalla de Bedriaco, librada en el 69 d.C. entre los partidarios de Vitelio y los de Vespasiano cerca de la villa del mismo nombre (hoy Calvatone), a unos 35 kilómetros de Cremona (por lo que se le suele dar también el nombre de batalla de Cremona).

Anteriormente el modo de rendirse los ejércitos romanos era sosteniendo los escudos por encima de sus cabezas. Sin embargo en esta ocasión por vez primera los romanos partidarios de Vitelio se rindieron ondeando telas:

mox velamenta et infulas pro muris ostentant. cum Antonius inhiberi tela iussisset, signa aquilasque extulere (Seguidamente, colgaron en las murallas, a la vista de todos, los velos e ínfulas sagrados. En este momento ordenó Antonio detener la lucha y sacar fuera las banderas y las águilas). Tácito, Libro III, 31

El alcalde de Jerusalén rindiéndose a los británicos en 1917 / foto Dominio público en Wikimedia Commons

También está documentado un episodio similar en China en tiempos de la dinastía Han, entre el año 25 y el 220 d.C., aunque posiblemente provenga de una tradición más antigua. El caso es que parece que la costumbre se desarrolló de manera independiente en oriente y occidente.

Los historiadores están de acuerdo en la teoría de que el uso de una tela blanca obedeció a dos razones: la primera es que el color blanco es fácilmente identificable, incluso entre el caos de una batalla, en contraste con los coloridos estandartes de los ejércitos y el entorno natural. Y la segunda es que se trataba del tipo de tela más fácil de conseguir.

Durante la Edad Media era habitual que los heraldos y mensajeros portaran estandartes blancos, para distinguirse de los soldados, e incluso se marcaba con este color los yelmos de los prisioneros para indicar que habían dejado de combatir.

El empleo del blanco como símbolo de cese de la lucha se extendió por toda Europa en los siglos siguientes, e incluso el historiador portugués Gaspar Correia menciona que, en 1502, el Zamorín de Calicut (el regidor del reino feudal de Kozhikode en la India) enarboló un paño blanco atado a un palo como símbolo de paz y petición de negociaciones ante Vasco da Gama.

En 1625 Hugo Grotius describía la bandera blanca en su obra De iure belli ac pacis (El derecho de la guerra y de la paz), hoy considerada como una obra fundamental del derecho internacional, como un signo tácito para la demanda de negociaciones, tan obligatorio de respeto como si fuera expresada con palabras.

Pero la bandera blanca se utilizó con significados diferentes en otros tiempos y lugares. Por ejemplo, la dinastía Omeya (661-750 d.C.) la empleaba en señal de duelo para distinguirse de los Abásidas, que utilizaban una bandera negra. Lo mismo ocurre todavía hoy entre los budistas, donde el blanco es el color que simboliza el luto.

También los talibanes utilizaron una bandera completamente blanca como emblema nacional de Afganistán tras la captura de Kabul en 1996 y el establecimiento del Emirato Islámico, aunque posteriormente se le añadió el texto de la shahada.

Fuentes: The History Of The White Flag Is Fascinating / The Rights of War and Peace(Hugo Grotius) / Slate / Wikipedia/LBV