En 1908 una mujer alemana revolucionaría la forma de preparar la célebre bebida con los filtros de goteo
Durante la Primera Guerra Mundial(1914-1918) también sucedieron historias extraordinarias paralelas a la violencia. El destino de los trabajadores en las fábricas de Alemania y del mundo entero sufriría un cambio positivo gracias a un café. Sí, pero no uno cualquiera, sino uno sumamente asqueroso que terminaría por amargarle un día entero a Amalie Auguste Melitta Bentz.
Una buena mañana Frau Melitta trataba de despertar con este célebre brebaje, pero justo ese día le había quedado peor que de costumbre. Los posos del café se habían convertido en grumos y el sabor producía verdaderas arcadas. Después de intentar colarlo con telas de lino y otros aparatosos apaños, se le ocurrió improvisar un mecanismo para filtrar el café.
Los ingeniosos apaños de Frau Melitta
El artilugio consistía en unbote de latón en el cual colocaba una hoja de papel secante -que usaban sus hijos para evitar los borrones de la pluma estilográfica- y donde se depositaba el café que iba a ser filtrado al echarle agua caliente. Ese líquido que empezaba a gotear en el recipiente pasó a ser el café moderno, que disfrutamos algunos. De esta manera, la abismal mejoría del sabor, inspiraría a Melitta a darle su merecido lugar en todos los hogares alemanes, y posteriormente en el mundo entero como el café de goteo.
Un día de verano de 1908 Melitta patentó su invento, y meses después abría su primera fábrica, en donde sus trabajadores serían partícipes de una nueva revolución social: los derechos laborales. Y aunque la necesidad de producción ahogaba a los empresarios, Frau Bentz siempre veló por las necesidades de sus obreros.
La mujer que predicó a través del ejemplo
Aunque Melitta nunca dejó escrito un libro sobre la dignidad del trabajador luchó por ellos través del ejemplo en sus fábricas. Desde la Revolución Industrial la explotación laboral no estaba regulada por ninguna institución y mientras muchos abusaban de los límites vitales de sus obreros, esta señora estableció un sistema de condiciones laborales para sus empleados.
«Melitta se preocupó sobre todo de las condiciones laborales de sus trabajadores, asegurándose de que recibían una paga extra en Navidad, reduciendo la jornada laboral a cinco días y dando más días de fiesta. Melita fundó la «Melitta Aid», una fundación de ayuda social a sus trabajadores»,escribió Sandra Ferrer en su libro «Mujeres en la historia: Retratos de mujeres valientes»
Sin embargo con el estallido de la Primera Guerra Mundial la familia Bentz tuvo que detener la fabricación de los filtros de papel. Y en ese tiempo en el que Occidente se desangraba en las trincheras, Melitta y su familia se dedicaron a la venta de cajas de cartón.
Después de que Alemania firmase el Tratado de Versalles el 28 de junio de 1919 Europa parecía estar caminando hacia la paz, y por ello, la familia Bentz reanudaría la actividad industrial. El incremento de trabajadores en sus plantas obligaría a la empresa a trasladarse a una nave más amplia en Westfalia. No obstante las buenas noticias durarían poco, pues en septiembre de 1939 las tropas de Hitler invaden Polonia para desatarse el conflicto bélico más sangriento de la Historia: la Segunda Guerra Mundial, y por esa razón la empresa volvía a cerrar sus puertas.
En el momento que finaliza la contienda la empresa volvió a retomar la producción de los filtros de café. Y aunque en 1930 Frau Bentz legó las riendas de la compañía en manos de sus hijos, Willy y Horst, la inventora del café de goteo se dedicó en cuerpo y alma, hasta su muerte en 1950, a velar por los derechos de los trabajadores de Melitta.
«Creó un imperio en el que sus empleados eran tratados con ecuanimidad y justicia laboral», relató Ferrer.
Fuente ABC