Una posible lápida funeraria del emperador Claudio desenterrada en Nueva York

Foto linyc.com

Obreros encontraron una lápida funeraria procedente de la tumba del emperador Claudio enterrada bajo una antigua mansión neoyorkina.

La pequeña villa de Tarrytown, en el sur del estado de Nueva York, está plagada de mansiones que pertenecen o pertenecieron a algunas de las familias de la élite económica nortemericana, como los Rockefeller, Astor o Morgan.

 

 

En ellas se fueron acumulando tesoros artísticos procedentes de todos los rincones del mundo, muchos de ellos ocultos al público desde hace incluso siglos.

Fue precisamente la viuda de uno de los socios de John D. Rockefeller llamado Josiah Macy quien en 1893 adquirió la lápida funeraria en cuestión, procedente de la Villa Borghese en Italia, para incorporarla a su colección en el denominado castillo Greystone en Tarrytown. Hasta ese año había estado expuesta en la villa italiana.

Cuando el castillo ardió en 1976 se dió por supuesto que todo lo que había en él quedó consumido por las llamas. Las ruinas fueron demolidas y el lugar permaneció desierto hasta el mes de mayo del pasado año, cuando se inició la construcción de una nueva mansión de lujo.

La desaparecida mansión Greystone / foto veranda.com

Durante los trabajos de excavación previos los trabajadores se encontraron con una sorpresa, una lápida de mármol con una inscripción en latín que mencionaba al emperador Claudio.

Rápidamente se pusieron en contacto con los especialistas del Museo Metropolitano que la identificaron como auténtica, fechándola en el año 54 d.C. y rastreando su historia hasta la mencionada Villa Borghese.

Ahora la lápida se exhibe en el museo gracias a un acuerdo de cesión durante tres años. Lo que se desconoce es su procedencia original, ya que no se sabe a ciencia cierta si Claudio fue enterrado, al igual que Tiberio, en el mausoleo de Augusto.

La lápida en el lugar del hallazgo / foto veranda.com

Si así fuera, que las cenizas de Claudio se sepultasen allí el 24 de octubre del 54 d.C., la lápida habría formado parte del monumento cuyas ruinas todavía se alzan en Roma, después de haber servido como fortaleza medieval e incluso plaza de toros.

No obstante, y tal como me han apuntado desde comentarios en Facebook, es posible que la lápida no perteneciera a la tumba del emperador Claudio, siendo la traducción de la inscripción la siguiente: Tiberio Claudio Saturnino Liberto de Augusto, procurador en la provincia de Acaya.

Claudio gobernó el imperio desde el año 24 y hasta su muerte en el 54 d.C. por envenenamiento y le sucedió su hijo adoptivo Nerón.

Vía Luxury ListingsVeranda/LBV