Muchos monumentos históricos de todas la épocas son difíciles de mantener en buen estado, ya sea por su gran tamaño o por la dificultad de acceso para su limpieza.

Existen muchas compañías que se dedican al negocio de restaurar el patrimonio histórico de la humanidad. Entre todas ellas destaca una que posiblemente en España no sea tan conocida, pero que en muchos países de Europa y América como Francia, Reino Unido, Alemania, Polonia, Rusia, Estados Unidos o México, ha dado lugar incluso a un nuevo verbo: karchear (limpiar).

La compañía en cuestión es Kärcher, fundada en 1935 por el inventor alemán Alfred Kärcher, quien inventó la primera hidrolimpiadora a presión de la historia moderna. Hoy en día la empresa sigue siendo operada por la familia y es líder mundial en tecnología de limpieza y equipos militares de descontaminación. Al mismo tiempo que fabrican hidrolimpiadoras domésticas son el principal proveedor de sistemas de limpieza para la OTAN y el ejército norteamericano.

Kärcher posee un programa de patrocinio cultural (además de otro de responsabilidad medioambiental y un patrocinio directo de SOS Aldeas Infantiles). Lo que hacen a través de ese programa cultural es, como decíamos al comienzo, limpiar y restaurar monumentos del patrimonio histórico que, por sus características, resulta complicado acometer. Y lo hacen gratis.

En los últimos 35 años llevan más de 90 proyectos completados en dicho programa, como la limpieza del Cristo de Río de Janeiro en 1980, de la Estatua de la Libertad de Nueva York en 1985, los Colosos de Memnón en Luxor en 2003, o el Monumento del Monte Rushmore en 2005.

Actualmente están llevando a cabo la limpieza reconstituyente de la catedral de Aquisgrán en Alemania, en colaboración con la UNESCO. Usando su propia tecnología de hidrolimpiadoras a presión, eliminan la materia orgánica de los muros, los hongos, líquenes y musgos, así como los excrementos de aves de la mamposteria. El objetivo, igual que en los proyectos anteriores, es preservar el edificio en el largo plazo, sin dañar el material subyacente, para la posteridad.

Limpiar las filigranas de cantería es algo más complicado, pero se hace pulverizando silicato de aluminio, que permite eliminar la corteza ennegrecida de las piedras, respetando al mismo tiempo el medio ambiente.

Todos los trabajos se realizan en estrecha colaboración con las autoridades, apoyados por restauradores e historiadores del arte, que se aseguran que el método de limpieza sea el correcto en cada caso. La imagen de los trabajadores de Kärcher colgados de la cabeza de George Washington en el Monte Rushmore es quizá una de las imágenes más icónicas que esta labor ha dejado.

Las hidrolimpiadoras domésticas de Kärcher utilizan la misma tecnología que las industriales, y se pueden adquirir en España en grandes superficies y almacenes especializados, así como a través de su web oficial. Precisamente ahora tienen en marcha una campaña en redes sociales para promocionar sus últimos modelos.