KILROY ESTUVO AQUÍ, O EL NARIGÓN METICHE DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Algunos nos acordamos del famoso muelle que dejaba su firma por todos los rincones, por lo menos de Madrid. Muelle con su dibujo característico consiguió hacerse un hueco, dentro de los estudios de marketing, ya que estuvo en boca de todo los madrileños durante años. Pero que ocurre cuando este mismo suceso lo trasladamos a un periodo muy concreto 1939-1945, la Segunda Guerra Mundial y que decir cuando los soldados aliados encontraban a Kilroy en cada batalla que libraban. Kilroy estuvo aquí, o el narigón metiche de la Segunda Guerra Mundial, título de nuestro artículo, nace con la intención de explicar quién era Kilroy y porqué aparecía en todos los sitios.

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Grabado de Kilroy en el Monumento de la Segunda Guerra Mundial de Washington.

KILROY ESTUVO AQUÍ | LA LEYENDA

“El arte es la única mentira que nos acerca a la verdad”. Se trata de una frase dicha por el gran genio de la pintura Picaso.

Como hemos comentado anteriormente, los hechos tuvieron lugar durante la Segunda Guerra Mundial. En una batalla cualquiera, mientras las bombas caían cerca de los soldados aliados, el General Patton dando instrucciones, intentando avanzar y ponerse a cubierto, mientras el enemigo Alemán disparaba y bombardeaba. Un soldado alza la vista y ahí está.

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Una frase en inglés que dice Kilroy estuvo aquí, “Kilroy was here” y el dibujo de un muñeco que asoma su cabeza sobre lo que podría ser un muro, mientras su enorme nariz cuelga por fuera. Grabada con pintura sobre una plancha de metal, el soldado queda impresionado y comenta este hecho con sus compañeros.

Desembarco de Normandía, el día D a la hora H, sobre la arena los soldados heridos o muertos, metralla pasando rozando sus caras y a lo lejos una imagen que comenzaba a ser famosa entre las tropas “Kilroy was here”. Una extraña sensación recorría el cuerpo de los soldados que lo veían. Por un lado les infundía humor y ánimo por un momento, pero por otro provocaba desconcierto ¿un compatriota había tenido la sangre fría de, en el fulgor de la batalla, pararse a pintar semejante frase?.

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Cada vez eran más los batallones que en distintos sitios pudieron ver esta firma tan especial de Kilroy, pronto era la comidilla entre los ejércitos aliados. Pero quién era ese Kilroy que se adelantaba a todos y que además dejaba su marca.

KILROY ESTUVO AQUÍ | COMO ERA EL GRABADO DE KILROY Y QUÉ SUSCITÓ

Se trata de un grabado o dibujo que se convirtió en una leyenda entre millones de hombres y mujeres del ejército estadounidense que sirvieron durante la Segunda Guerra Mundial.

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El dibujo consiste en un monigote calvo, narigón que mira por encima de una pared junto con la inscripción “Kilroy was here” (Kilroy estuvo aquí). Apareció en los lugares más comunes y también en los más inesperados en los que el ejercito de Estados Unidos peleó durante la Segunda Guerra.

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Entre los soldados había competiciones para ver en qué extraños e inaccesibles lugares aparecería el grafiti. Lo gracioso del asunto es que hasta la inteligencia Japonesa y el mismo Hitler se preocuparon por la aparición en lugares extraños de ese raro sujeto.

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Desde entonces, muchos soldados americanos han dejado su grafiti de Kilroy en campos de batalla de Irak o Afganistán, como recuerdo a aquél hecho que mantuvo en jaque a los enemigos y sorprendidos a los aliados.

KILROY ESTUVO AQUÍ | BUSCANDO A KILROY

Cuando la guerra se acabó, se pensó que había llegado el momento de buscar a Kilroy y saber en cuantos sitios había estado. Fue entonces cuando a la Transit Company of America se le ocurrió preparar un concurso premiado con un tranvía, para aquél que pudiera identificarlo, aportando pruebas.

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James J. Kilroy, un ciudadano americano, residente en Boston, en el estado de Massachusetts. James trabajaba como inspector en el astillero Fore River en la ciudad de Boston. Kilroy tenía un contrato con la compañía desde el 5 de diciembre de 1941. J. Kilroy tenía la tediosa misión en el astillero de contar los remaches de las estructuras de los buques del tipo Liberty Ship.

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Los Liberty Ship eran buques de carga que se construyeron en Estados Unidos, mientras se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial, con el fin de cumplir la Ley de Préstamos y Arriendos, que Estados Unidos mantenía con Gran Bretaña. La flota británica había sufrido importantes pérdidas por culpa de los submarinos alemanes. Estos buques se encargaban de reemplazar la flota británica y así asegurar el abastecimiento.

Volvamos a nuestra historia, James debía supervisar los remaches de estos buques y marcar con tiza las piezas ya revisadas, Kilroy cobraba por placa revisada, la picaresca del momento, hacía que los trabajadores borraran las marcas de tiza y contabilizaran dos veces la misma pieza, por lo que cobrarían el doble.

Astilleros donde se construían los buques del tipo Liberty Ship.

Astilleros donde se construían los buques del tipo Liberty Ship.

James J. Kilroy, decidió marcar con pintura en lugar de tiza que se podía borrar, el mensaje de “Kilroy was here”, “Kilroy estuvo aquí”, esta frase la escribiría en cada placa que revisaba, además de el dibujo del muñeco narigudo. Cuando un barco zarpaba hacia zona de guerra, las marcas de tiza del resto de remachadores se borraban pero las de Kilroy pintadas con pintura se mantenía intacta.

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Los soldados que embarcaron en estos buques seguramente vieron la marca inimitable de Kilroy. Cuando un barco era hundido, partes del casco se desprendía acabando en las orillas de cualquier playa. O bien eran aprovechadas para señalizaciones, balizas, etc. No hay que olvidar que estamos en la segunda guerra mundial y había escasez de materias primas.

Esta explicación que James J. Kilroy dio atribuyéndose la autoría del grafiti y tras ser confirmado por sus compañeros remachadores del astillero en el que trabajaba, terminó por ganar el concurso, ganando el fabuloso tranvía que ofreció como premio la TCA – Transit Company of America.

Kilroy con su familia en el momento de tomar posesión de su premio

Kilroy con su familia en el momento de tomar posesión de su premio

Lo curioso es que James J. Kilroy, jamás salió de Boston, el nombre del hombre que figuraba en todos los sitios, en todos los frentes incluso en las trincheras más terribles, jamás estuvo en ninguno de los sitios donde su marca aseguraba haber estado.

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Desde entonces Kilroy estuvo aquí se ha convertido en un símbolo, lo podemos ver en el monumento en memoria a los caídos en la II Guerra Mundial, lo podemos ver impreso en camisetas, etc. Aunque si algo caracteriza a este grafiti es su indudable conexión con las fuerzas armadas y lo que supuso de moral para las tropas.

Y quien sabe, la próxima conquista está fijada en Marte, quizás Kilroy algún día pueda llegar allí o ¡¡quizás ya esté!!.
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Fuente Sobrehistoria