El Gran Trek, la emigración de miles de bóers por el sur de África

El 20 de marzo de 1602 se constituyó la Vereenigde Oostindische Compagnie o Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales, que tenía como objetivo desarrollar -en monopolio- el comercio con Asia.

Un comercio que aquellas recién independizadas Provincias Unidas de los Países Bajos habían convertido en base del esplendor económico del que gozaron durante casi dos siglos. La ruta para sus viajes a Oriente obligaba forzosamente a doblar el cabo de Buena Esperanza y ese extremo meridional de África se convirtió, a partir de 1652, en un interesante destino para colonizar. 

A los emigrantes que protagonizaron aquellas primeras oleadas se les llama bóers, palabra que significa campesinos porque ésa era la ocupación mayoritaria entre aquellos holandeses, aunque luego también fueron llegando belgas, hugonotes franceses y calvinistas centroeuropeos.

Una parte de ellos se estableció en El Cabo, siendo conocidos como afrikaaners, extendiéndose a partir de ahí con la creación de otros asentamientos. De esta manera, y pese a los múltiples problemas que suele presentar este tipo de procesos, la colonia fue creciendo. El contexto político de la metrópoli, que en 1795 fue invadida por el ejército napoleónico y convertida en la República Bátava, llevó a Inglaterra a declararle la guerra.

Ese mismo año, un cuerpo expedicionario británico desembarcó en El Cabo y se adueñó de la ciudad. Ello supuso un vuelco en la forma de vida de los colonos porque en 1830 el gobernador prohibió la esclavitud (fundamental para mantener sus granjas), instauró las leyes de su país, decretó la oficialidad de la lengua inglesa y empezó a traer miles de colonos de su país; los bóers, cada vez más incómodos (y desamparados ante la falta de protección gubernamental en sus rifirrafes fronterizos con la tribu xhosa), tomaron la decisión de emigrar hacia el interior del continente, al otro lado del río Orange.

Rutas del Gran Trek/Imagen: Discott en Wikimedia Commons

Así empezó lo que se conoce como Gran Trek, que arrastró a una importante cantidad de personas porque a lo largo de aquellas décadas la población bóer se había multiplicado escandalosamente, pasando de los escasos cinco mil individuos de 1750 a los más de veintisiete mil que había en 1815.

El grueso de ellos se puso en marcha en 1835 bajo el liderazgo de un carismático granjero llamado Andries Hendrik Potgieter y el predicador Sarel Arnoldus Cilliers, siguiendo los pasos de un par de grupos que se habían ido poco antes guiados por Johannes Hendrik Janse y Louis Trichardt Rensburg. A todos ellos, unos quince mil en total, se los conoce popularmente como voortrekkers. No les esperaba un viaje de placer precisamente.

Andries Potgieter y Sarel Arnoldus Cilliers/Fotos: Dominio público en Wikimedia Commons

Y es que se internaban en una tierra desconocida, inexplorada hasta la fecha, la Transorangia, territorio comprendido entre los ríos Orange y Vaal, aunque al llegar al cauce del primero se produjo una escisión en el grupo con la idea de abarcar el mayor área posible para fundar un nuevo país y tener salida al mar: por eso una parte siguió a Potgieter hacia el norte mientras otra con Piet Retief se desvió en dirección oriental (una tercera se encaminó a Namibia pero regresó con informes negativos por la presencia del desierto del Kalahari).

El primer grupo penetró en la citada Transorangia, donde habitaban los belicosos matabele (una rama desgajada de los zulúes). Para sortear esa dificultad, los bóers firmaron un acuerdo con los baralong, sus enemigos, ofreciéndoles protección a cambio de tierras para establecerse entre los ríos Vet y Vaal. Mzilikazi (más conocido como Moselekatse), rey matabele que antaño había sido uno de los indunas (generales) del famoso Shaka y que en consecuencia organizó su ejército de manera similar, no podía permitir semejante desafío.

En octubre de 1836 lanzó un ataque contra el laager (círculo de carros) formado por los bóer; si bien no consiguió salir victorioso, sí pudo retirarse llevándose todo el ganado de los blancos y Potgieter y los suyos quedaron inmovilizados hasta que llegó Retief en su ayuda.

Ataque al laager/Imagen: Fine Art America

La primera premisa que tenían los bóers era la necesidad de pastos para sus vacas, de ahí la ocupación interior; pero la segunda era contar con salida al mar, por eso Retief se movió en dirección oriental y entró en la región de Natal. Sin embargo, allí vivían los poderosos zulúes, los causantes de la llamada mfecane o difacane, una serie de migraciones forzosas que tuvieron que realizar los pueblos indígenas del África austral causada por la expansión imperialista zulú en tiempos del gran Shaka, haciendo que unos empujaran a otros como fichas de dominó (incluyendo a los desafectos al régimen, como vimos en el caso de Mzilikazi).

En esos momentos era rey Dingane, quien les cedió terreno para instalarse a cambio de su ayuda para recuperar el ganado que había robado un clan enemigo. Retief y los suyos aceptaron ingenuamente y cuando entraron confiados en el kraal real fueron exterminados.

Monumento en memoria de Retief y sus hombres masacrados/Foto: JMK en Wikimedia Commons

Potgieter se dirigió a Natal para socorrer a los supervivientes y se encontró que no era tan bien recibido como esperaba porque aspiraba a asumir el mando y tenía un rival para ello, Pieter Lafras Uys. Además ese grupo ya había elegido a su propio líder, Gerrit Maritz, que trató de mediar entre los otros dos.

La división hizo que los bóers cayeran en una emboscada zulú en Italeni, acción en la que murieron Uys y su hijo; a Potgieter le acusaron veladamente de provocarlo de forma deliberada y, decepcionado, optó por marcharse a su tierra de adopción, lo que hoy es el Transvaal, que comprendía el norte del río Vaal hasta el Limpopo.

Andries Pretorius/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

En diciembre llegó una facción que no estaba presente en la masacre del kraal zulú al mando de Andries Pretorius, que se dispuso a vengar a los suyos. Con sólo medio millar de hombres hábilmente atrincherados en un laager consiguió rechazar el ataque de siete mil zulúes en una batalla de nombre bien elocuente, Blood River.

Entonces se corroboró el tratado que habían firmado Retief y Dingane para que los blancos pudieran quedarse en aquella región y así nació la República de Natal. Su vida sería efímera porque en 1843 fue anexionada por Gran Bretaña que, en cambio, falló al intentar lo mismo con los otros territorios.

Por tanto, a los bóers les quedaron la República del Transvaal -a donde habían reemigrado- y el Estado Libre de Orange, aunque finalmente fueron absorbidos tras la segunda guerra que libraron contra el Imperio Británico entre 1899 y 1902.

La batalla de Blood River/Imagen: Blood River Heritage Site/Kwazulu Natal

Fuentes: Breve historia del África subsahariana (Eric García Moral) / Southern Africa (Alan Murphy) / A Concise History of South Africa (Robert Ross) / The Afrikaners. Biography of a people (Hermann Giliomee) / Wikimedia/LBV.