BigDog, el cuadrúpedo mecánico que abrió la era robótica militar

BigDog atravesando una zona acuática/Foto: Boston Dynamics

Desde que el dramaturgo checo Karel Čapek acuñara la palabra robot en su obra teatral R.U.R. (Rossum’s Universal Robots), estrenada en 1920 e incorporando para siempre el término en sustitución de lo que hasta entonces se había conocido como autómata, literatos y cineastas han fantaseado con la idea de androides mecánicos de múltiples aplicaciones, de las que la militar es quizá la más inquietante. Los científicos han empezado a hacer realidad ese sueño pero, por lo que hemos podido ver hasta ahora, al menos en el terreno bélico la forma humana no parece ser la preferida y se decantan por una cuadrúpeda. Hasta es posible concretar la cosa en la especie canina. Un buen ejemplo de ello es BigDog.

 

BigDog está muy cerca de la mayoría de edad. Nació hace diecisiete años, en 2005, fruto de la colaboración entre dos compañías privadas como Boston Dynamics y Foster-Miller más el JPL (Jet Propulsion Laboratory) de la NASA y la Harvard University Concord Field Station. La criatura podría llamar padre al doctor Martin Buehler, director del laboratorio de robótica de la Universidad McGill de Montreal (Quebec, Canadá) y cuya especialidad son los autómatas que se mueven con patas. Esto resultó fundamental para su elección, como veremos, y de hecho sería galardonado en 2012 con el Premio Joseph Frederick Engelberger que entrega la Robotic Industries Association.

BigDog con su carga/Foto: Boston Dynamics

El coste del robot ascendió a 32 millones de dólares, casi a millón por mes, pues se emplearon 30 meses en tener listo el prototipo. La financiación corrió a cargo de DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency), un organismo del Ministerio de Defensa de EEUU que se dedica al desarrollo de tecnología militar desde su fundación en 1958 como respuesta al lanzamiento del satélite soviético Sputnik. Por tanto, estaba clara desde el principio la orientación del proyecto BigDog: se requería la construcción de un robot de carga capaz de acompañar a las tropas por terreno agreste, allí donde no podían acceder los vehículos convencionales.

Por eso se decidió prescindir de los sistemas habituales de movimiento -ruedas y orugas- en favor de cuatro patas, mucho más versátiles y prácticas si, por ejemplo, hay que trepar por una pendiente muy irregular o desplazarse por una superficie tan accidentada que supondría un peligro para neumáticos o ejes. Dichas patas están articuladas y cuentan con sensores capaces de determinar telemétricamente la posición y las distancias respecto a obstáculos; además, BigDog dispone de un giroscopio de tecnología láser que, combinado con un visor estereoscópico, le permite orientarse y mantener el equilibrio.

Partes de BigDog/Foto: Boston Dynamics

Esas extremidades se mueven merced a una bomba hidráulica, que es la que transmite a los 16 actuadores (cuatro por cada pata: dos para las caderas, uno para la rodilla y otro para el tobillo) la energía generada por un motor go-kart de 15 CV y dos tiempos y un cilindro a 9.000 rpm. Dichos actuadores constan de cilindro hidráulico de baja fricción y servoválvula, aparte de los sensores citados. Aunque en realidad hay más sensores, medio centenar, repartidos por todo el robot y recogen datos sobre aceleración, fuerza, velocidad, temperatura del aceite y presión de los diversos mecanismos; la información recogida es procesada por un ordenador que usa como sistema operativo QNX (un sistema con micronúcleo de tiempo real creado en 1982 por la empresa QNX Software Systems (que hoy forma parte de BlackBerry).

Este sistema de locomoción permite a BigDog un abanico de movimientos que incluye, además de caminar, hacerlo con diferente ritmo de pasos, sentarse, ponerse en pie y trotar, pudiendo alcanzar una velocidad máxima de 6,4 kilómetros por hora portando 150 kilogramos de carga, aunque la de marcha es de 1,6 metros por segundo (0,2 con carga). Asimismo, es capaz de ascender pendientes de 35 grados de inclinación, caminar sobre escombros o nieve, atravesar barrizales y hasta andar por el agua. Llegados a este punto conviene decir que el robot mide 0,91 metros de largo por 0,76 de altura y pesa 109 kilogramos, lo que Boston Dynamics define como el tamaño “de un perro grande o una mula pequeña“. Por otra parte, en 2010 se le añadió un brazo móvil que permite recoger objetos siempre que el peso no supere los 23 kilos.

LS3 y un poco de fantasía futurista/Imagen: Devian Art

BigDog fue presentado oficialmente en un programa de televisión titulado Web Junk 20-luego siguió una tournée por otros-, bien es cierto que sus creadores también publicaron los correspondientes artículos científicos en las revistas especializadas más prestigiosas del sector, como New Scientist, Popular Science o Popular Mechanics. Por supuesto, la prensa también se hizo eco de la noticia. Desde entonces BigDog fue experimentando una evolución tecnológica con mejoras sucesivas que, por ejemplo, le habilitaban para caminar sobre hielo o para mantener el equilibrio trastabillando si se le daba un fuerte golpe lateral (véase el vídeo), recibiendo el nuevo modelo el nombre de AlphaDog. Afaganistán fue el lugar donde se estrenó en misión oficial, en 2009.

La nueva generación AlphaDog tenía como objetivo superar las limitaciones y carencias de su predecesora y en 2012 se puso a prueba sobre el terreno un modelo denominado LS3 (Legged Squad Support System), demostrando sus virtudes para sortear obstáculos. El éxito obtenido impulsó un programa que en año y medio debía perfeccionarse con vistas a ponerlo en activo en misiones reales de apoyo al ejército. Para ello, se requería que fuera capaz de recorrer 32 kilómetros en 24 horas llevando 180 kilos de carga y sin repostar.

Spot/Foto: Boston Dynamics

Sin embargo, a finales de 2015 se cerró el proyecto por considerarse que el motor resultaba demasiado ruidoso como para que BigDog pudiera moverse en un entorno bélico. La alternativa era un robot similar llamado Spot, más silencioso porque en vez de a gasolina se movía únicamente con electricidad y pesaba 40 kilos menos que el otro, lo que le confería mayor agilidad y facilidad de transporte; lamentablemente tampoco cuajó debido a que, como contrapartida, su capacidad de carga se reducía exageradamente a tan sólo 18 kilos. En consecuencia, ambos fueron descartados y se puso fin a este primer episodio de la era robótica militar… por el momento.

Fuentes: Boston Dynamics /Killer robots. Lethal autonomous weapon systems legal, ethical and moral challenges ( Dr. U C Jha)/Military robots and drones. A reference handbook (Paul J. Springer)/Strategic technologies for the military. Breaking new frontiers (Ajey Lele)/Wikipedia/LBV