Thomas Alva Edison: alcohólico, estafador e inventor mediocre

Thomas Alva Edison.

Thomas Alva Edison.

El hijo mayor del «genio de Menlo Park» vivió siempre bajo la sombra de su famoso padre y llegó a «alquilar» su apellido.

Existió un Thomas Alva Edison que desde niño se sintió llamado a ser inventor. Desarrolló una lámpara incandescente que resultó ser un fiasco, probó un método siderúrgico que tampoco cumplió las expectativas, y los iniciales inversores que acudieron a él atraídos por la fama de su apellido terminaron apartándose, dejándole en manos de simples estafadores que sólo querían utilizar su nombre para comercializar productos de nula eficacia.

 

 

Si a eso unimos una desgraciada y efímera boda con una corista, un serio problema de alcoholismo que le hizo ingresar en un psiquiátrico y una muerte temprana, tendremos el cuadro completo de una vida desgraciada.

Pero, un momento: ¿es ése el mismo Edison que patentó el fonógrafo y la bombilla, que convirtió la invención en un proceso industrial y que ha inspirado a nombres como Henry FordSteve Jobs, los creadores de Google o Elon Musk? ¿El mismo que es considerado como una gloria nacional y a quien los padres siguen poniendo como ejemplo a sus hijos? No, claro: el que nos ocupa ahora fue su primer hijo varón, que ya desde el momento en el que heredó el nombre de su padre vivió su origen como una pesada losa.

¿Es ése el mismo Edison que patentó el fonógrafo y la bombilla, que convirtió la invención en un proceso industrial y que ha inspirado a nombres como Henry Ford o Steve Jobs?

Thomas Alva Edison Jr. nació en 1876 fruto del matrimonio de Edison con su primera mujer, Mary Stilwell. Recibió desde niño el apodo familiar de «Raya» (la primogénita Marion, tres años mayor que él, era conocida como «Punto», y ambos sobrenombres hacían referencia al temprano trabajo de su padre en el telégrafo).

Ausencia de padre

A diferencia de lo que ocurriría con los hijos con su segunda mujer, Mina, los tres que tuvo con Mary crecieron en la práctica ausencia de un padre totalmente volcado en el desarrollo de sus inventos, y que dejaba todo lo referente a la familia y al hogar a cargo de una esposa de salud débil y que no quería saber nada del trabajo de su cada vez más famoso marido.

Edison, con su segunda esposa, Mina, y los hijos de su segundo matrimonio.

Edison, con su segunda esposa, Mina, y los hijos de su segundo matrimonio.

Tom Jr. fue un estudiante mediocre y, por esa razón, pronto comenzó a trabajar para su padre, un lugar en el que intentó siempre deslumbrarle. Para ello utilizó la complicidad de Mina (su madre murió en 1884, cuando él sólo tenía ocho años); era tan influenciable, que según su cercanía fuese mayor hacia su progenitor o su madrastra, tendía a cambiar su caligrafía para parecerse a la de a quien quisiera agradar en ese momento.

En 1897 presentó su modelo de lámpara incandescente «mejorada», pero la prensa la siguió asociando con su padre. Aun así, logró atraer el interés de la industria eléctrica, y el mismo Gobierno norteamericano le designó para presidir el comité de Efectos Decorativos de la Exposición Eléctrica que iba a tener lugar al año siguiente en el neoyorquino Madison Square Garden.

Las deudas

Con todo, Tom Jr. rechazó una oferta de inversión de 25.000 dólares porque temía perder el control de sus patentes. Algo bastante paradójico si se tiene en cuenta lo que ocurrió después: afirmó haber desarrollado otro modelo de lámpara mejorado, que nunca presentó, y trabajó en un método para optimizar la industria del acero que tampoco llegó a ningún lado.

Mientras tanto, comenzó a acumular deudas, y pronto terminó cobrando dinero simplemente por ceder su apellido a embaucadores que comercializaban todo tipo de dudosos productos medicinales y de consumo con el nombre de «Edison», lo que los convertía en un éxito porque el público pensaba que habían surgido de la mente de su padre, gracias a eslóganes como: «¡El cerebro de Edison ha conseguido un nuevo triunfo!». El problema creció tanto, que su padre ordenó a sus abogados que le prohibieran utilizar su apellido.

Thomas Alva Edison, Jr.

Thomas Alva Edison, Jr.

Privado de recursos, Tom Jr. cayó en picado: en 1899 se casó por sorpresa con una corista que únicamente buscaba sacarle dinero, un matrimonio que sólo duró unos meses (ella continuaría utilizando el apellido Edison hasta su misteriosa muerte en 1906, con 27 años de edad). En 1903, los abogados de Edison intervinieron nuevamente para abortar el escándalo producido cuando su hijo intentó pasar un cheque sin fondos.

Como mal menor, acordó una asignación para mantenerle y le hizo ingresar en un psiquiátrico. Más tarde le compró una granja tranquila para instalarle y le contrató una enfermera para que le cuidase, Beatrice Heyzer, que terminaría casándose con Tom Jr., quien pasó a vivir un tiempo bajo nombre falso.

En 1935, fue encontrado muerto de nuevo bajo nombre falso, y en circunstancias no aclaradas, en un hotel en Springfield (Massachusetts)

Sin embargo, siguió buscando sacar adelante inventos, como un carburador, que fracasaron una y otra vez. Tras la muerte de Edison, sus hermanos le hicieron un hueco en el consejo de administración de varias de las compañías de la familia. En 1935, fue encontrado muerto de nuevo bajo nombre falso, y en circunstancias no aclaradas, en un hotel en Springfield (Massachusetts): según unos, suicidio; según otros, un ataque al corazón. En todo caso, una muerte llena de sombras, propia de quien llegó a escribir que «si mi nombre fuese Smith, hoy sería un hombre rico».

Fuente EL ESPAÑOL