En la Toscana italiana se prueban los primeros tramos de la “carretera reciclada”, fruto del proyecto europeo Nereide. Entre los objetivos del proyecto se incluyen una reducción del 20% en el ruido al paso de los vehículos.
Reducir la contaminación acústica, mejorando al mismo tiempo la seguridad vial y la sostenibilidad. Estos son los objetivos del proyecto Nereide, una iniciativa liderada por el Departamento de Ingeniería Civil e Industrial de la Universidad de Pisa y dedicada al diseño de las carreteras del futuro. Cofinanciado por el programa europeo LIFE, Nereide hace del reciclaje su punto clave. La idea tras el proyecto es usar neumáticos viejos y residuos de asfalto en la producción de nuevas mezclas para las carreteras.
El caucho recuperado de los neumáticos al final de su vida útil (ELT) tiene, de hecho, propiedades de resistencia, elásticas y de insonorización que lo convierten en un excelente sustituto de los áridos vírgenes. Para demostrar su potencial, los socios de la iniciativa -incluyendo ARPAT, el Centro Belga de Investigación de Carreteras (BRCC), el Instituto de Acústica y Sensores Orso Maria Corbino del CNR y Ecopneus- han construido dos secciones de “eco-road” en la Toscana y en Bélgica.
Según explica Pietro Leandri, profesor asociado de la Universidad de Pisa y coordinador del proyecto, “nos hemos centrado en el estudio de mezclas innovadoras y sostenibles desde el punto de vista medioambiental, algunas de las cuales con altos porcentajes de materiales reciclados, que todavía garantizan una larga vida útil del suelo“.
“Se instalará un laboratorio móvil para medir la absorción acústica“, dicen el sitio web del proyecto. La eficacia de las nuevas superficies se evaluará midiendo las características de la superficie, las propiedades acústicas y el estudio de la población expuesta. En este contexto, ARPAT y el CNR han desarrollado nuevos protocolos acústicos para medir con extrema precisión la reducción efectiva del ruido, incluso en contextos urbanos y complejos, combinándolos con instrumentos y modelos psicoacústicos para evaluar su impacto real en la ciudadanía. Lo que se espera lograr es una reducción de 5 dB en la contaminación acústica en comparación con los pavimentos convencionales, y una reducción de al menos 2 dB en comparación con otros pavimentos convencionales de asfalto poroso, junto con un aumento del 20 % en el agarre.
A partir de este otoño, Nereide dará un paso más probando por primera vez revestimientos de suelos con una gran cantidad de caucho reciclado (alrededor del 20% frente al 2-3% actual). Se espera que el mayor nivel de polvo de los neumáticos usados dé lugar a una reducción del ruido de 12 dB, que normalmente sólo es posible con barreras acústicas. “La gestión y el mantenimiento de nuestras carreteras están bajo la lupa de los medios de comunicación – añade Leandri – pero también y sobre todo del mundo científico y académico.”
Más información: nereideproject.eu
fuente Ecoinventos