Creemos conocer el mundo que nos rodea, pero el hecho es que la naturaleza continúa empeñada en sorprendernos con su espectacular fuerza. Así, a los impresionantes volcanes, tormentas y cascadas submarinas debemos sumar un extraño fenómeno marítimo: las olas cuadradas.
Cuando dos frentes de olas provenientes de diversas direcciones chocan entre sí, puede ocurrir que interaccionen formando patrones romboidales como los que pueden observarse en la maravillosa Isla de Ré.
Sin embargo, las olas de choque no pueden ser unas cualquiera, es necesario que sean olas de “mar de fondo”.
El mar de fondo es un oleaje que, aunque afecta a una zona, no se produce cerca de allí. No están provocadas por el efecto gravitacional de la luna, sino por otra causa como un huracán o un terremoto. Son como las ondas de un estanque.
Estas olas poseen una gran longitud de onda y poca altura, moviéndose lentamente pero siendo capaces de recorrer grandísimas distancias desde su epicentro.
Suma de olas
Si las olas de mar de fondo llegan a la costa en sentido perpendicular, éstas se unirán a la marejada formando olas de gran tamaño.
Si por el contrario llegan de forma oblicua, se enfrentaran a las olas locales, cruzándose con ellas.
Como puedes imaginar, es muy complicado que este fenómeno se aviste desde tierra firme, pues a las ya de por sí complicadas condiciones marítimas, habría que sumar la geografía de la costa.
La isla de Ré
La Isla de Ré, es un pedazo de tierra de apenas 85 kilometros cuadrados, situado en el mar Cantábrico frente a la costa de Francia. Además de pequeña, la isla es extremadamente llana, siendo el punto más alto de apenas 20 metros.
Su aplanadísima geografía, posición y orientación facilitan que su costa noroeste, en concreto el llamado Faro de las Ballenas, sea el lugar donde más olas cuadradas pueden verse en el mundo.
Sin embargo, y aunque el mar cruzado parezca apetecible, es extremadamente peligroso, ya que la fuerza con que chocan las olas en cada intersección puede hacer mucho daño.
Sobre todo en alta mar donde su fuerza puede incluso hundir un pesquero.
Así pues, y si tienes la suerte de encontrar este fenómeno, recuerda salir del agua y observarlo solo desde la distancia.
Fuente: taringa y LBV