Dos siglos pedaleando: este año se cumple el 200 aniversario de la bicicleta

Foto dominio público en pixabay.com

Estamos acostumbrados a ver bicicletas allá por donde vamos. Las principales zonas urbanas han remodelado sus calles para hacer carriles bici y las nuevas ciudades ya cuentan con ellos en sus planes de construcción. En el fondo, es muy medio muy cómodo, ecológico y económico de desplazamiento. En algunas ciudades, como Ámsterdam, son todo un símbolo y se pueden ver más bicicletas que coches. Ahora, hasta se celebran carreras de ciclistas amateur para concienciar a la mayor parte de la población posible de lo beneficioso que puede ser para su salud y también para el medio ambiente. Pero, ¿cuál es el origen de la bicicleta?

Evolución de la bicicleta

 

Este 2017, tal y como nos recuerda Bikester, no es un año más para las bicicletas porque se cumple su 200 aniversario. Eso sí, sus orígenes no están exentos de controversia puesto que hay quienes afirman que la bicicleta procede de antes del 1800. En cualquier caso, de lo que no hay duda es de que en 1817 el inventor alemán Karl Freiherr von Drais dio con lo que se vino a denominar como velocípedo, que daría pie a la bicicleta actual. La primera demostración de Freiherr von Drais cubrió la distancia de Mannheim a Schwetizingen y, desde entonces, son muchos los kilómetros que ha proporcionado está ‘máquina andante’, como él la denominaba.

A Freiherr von Drais le seguirían otros inventores que vieron el potencial de esa máquina. Uno en particular, Denis Johnson, contribuyó haciendo que la rueda delantera se pudiera orientar, lo que ayudaba a que el tiempo de los trayectos se viera reducido. Hay que tener en cuenta que, por el momento, no contaban con pedales sino que el que se subía a uno de estos inventos debía propulsarse con sus propios pies o ayudarse en las zonas de cuesta abajo. Aún quedaba mucho por recorrer, pero ya sentó unas bases sólidas a partir de ese denominado ‘caballo de juguete’, ya que recordaba a los que se empleaban a modo de balancín.

El velocípedo de Drais / foto Gun Powder Ma en Wikimedia Commons

La llegada de los dos pedales

Llega el año 1860 y Pierre Michaux consigue desarrollar la que sería la primera bicicleta, con pedales y manivelas giratorias en la rueda delantera, que se haría tremendamente popular. El problema vino por varios matices. Por un lado, se trataba de un diseño que pesaba mucho (más de 45 kilos), con una estructura rígida de metal. Por otro, las mismas ruedas eran de hierro y para poder montarse el ciclista debía de correr junto a ella y saltar sobre el sillín.

Poco a poco se empezaron a introducir algunos cambios en lo que se vino a denominar como ‘cacharro’, empleando neumáticos de caucho o rodamientos esféricos que lograban que el movimiento de los pedales fuera mejor.

Una rueda delantera gigante

Seguimos avanzando en el tiempo hasta situarnos dos décadas más tarde. En los años 1880, los fabricantes de bicicletas decidieron que la rueda delantera debía ser mucho más grande, dando paso a lo que se vino a denominar como ‘penny-farthing’. En realidad, su uso era bastante peligroso ya que, con cualquier obstáculo, el ciclista podía caerse de cabeza.

Ya en 1890 aparece la denominada como ‘bicicleta de seguridad’, que es la que cuenta con las dos ruedas del mismo tamaño. Ésta es la base de la bicicleta actual. De hecho, a esta novedad se sumaron los engranajes, los manillares o las horquillas, que recuerdan mucho más a las bicicletas que se puedan encontrar hoy en día.

Para la mujer de aquella época la bicicleta también fue importante porque ayudó a dar un paso más hacia su libertad. De hecho, aquellas que la tenían se podían equiparar en eso a los hombres y fueron surgiendo los primeros modelos específicos para ellas. Al tiempo, como quienes montaban requerían de unas ropas más cómodas, también se produjeron cambios en sus estilismos.

Evolución de la bicicleta / foto Al2 en Wikimedia Commons

De los años 20 a los años 50

Cambiamos de siglo y, con él, de gustos. Ahora lo que va a predominar va a ser el automóvil. Hasta tal punto se llegó que los coches eran considerados como el transporte del futuro y las bicis sólo se compraban, en su gran mayoría, para los niños.

La excepción vino de China que ya en los años 20 vio cómo el entusiasmo por la bicicleta aumentaba. La tendencia siguió en alza y, hoy en día, China es el principal productor del mundo de bicicletas.

Del ‘boom de la bicicleta’ a la actualidad

Los años 60 trajeron consigo muchos cambios y uno de ellos se vio reflejado en las bicicletas, que volvieron a ganar adeptos, en parte porque se tomó conciencia de que ayudaba a mantenerse en forma. En los años 70 aparecieron las BMX.

Ahora, cada vez más personas recurren a la bicicleta y el hecho de que haya sistemas de alquileres por las principales ciudades ha contribuido a ello. Se las percibe como un medio con el que evitar los indeseables atascos. A esto se ha sumado el que la misma moda ha sabido ver el filón y hay muchas opciones para ir en bicicleta, sea cual sea el lugar de destino y el compromiso que haya que atender.

Fuente LBV