La familia de Ron Richardson ha desvelado finalmente dónde se estrelló el piloto en 1944
Han pasado 74 años desde que el piloto aliado Ron Richardson desapareció sin dejar rastro mientras acometía una misión de bombardeo a lomos de su Hellcat durante la Segunda Guerra Mundial. Su caso, como el de otros tantos aviadores perdidos en la contienda, se terminó archivando bajo una dura pero simple fórmula gubernamental: «Desaparecido». Sin embargo, su familia acaba de desvelar que ha descubierto los restos del aparato que manejaba bajo el hielo de una montaña de Noruega.
Según afirma la versión digital del diario «Daily Mail», los restos del Hellcat de Richardson han sido encontrados a casi mil metros de altura, sobre una montaña de Noruega. Junto a lo poco que quedaba del aparato había además una tumba vacía en la que, según creen, las tropas alemanas enterraron de forma apresurada al piloto inglés. Con todo, parece que el misterio seguirá vivo un poco más ya que, tal y como han señalado sus familiares al citado periódico, todavía tienen que hallar el lugar en el que descansan los huesos del militar.
Búsqueda incansable
Desde que desapareció en 1944, la esposa de Ron (Sheila), jamás ha dejado de buscar a su marido. Y otro tanto pasó con su hijo Alistair, hoy con 75 primaveras a sus espaldas.
Ambos se han preguntado desde hace más de siete décadas qué diantres había ocurrido con el piloto, quien contaba 27 años cuando desapareció mientras llevaba a cabo una misión de bombardeo contra el acorazado Tirpitz, entonces amarrado en un fiordo noruego. La tragedia familiar fue mayor si cabe, pues el piloto apenas pudo pasar un día con su retoño recién nacido antes de que le fuera encomendada esta determinante tarea.
Su familia protagonizó una búsqueda intermitente hasta que, hace apenas dos años, el hijo de Alistair, Philip, encontró un vídeo en internet que le ayudó a identificar el lugar del impacto del Hellcat. Tras informar a su padre, ambos investigaron la zona y descubrieron que la montaña en cuestión dominaba el fiordo sobre el que se hallaba anclado el Tirpitz. No lo dudaron y se encaminaron hasta la ubicación, donde hallaron los restos del avión bajo el hielo. «Ha sido un descubrimiento muy conmovedor e increíble», ha explicado su nieto en declaraciones al «Daily Mail».
En sus palabras, una parte del avión casi se desintegró tras el impacto. Sin embargo, y a pesar de este contratiempo, el aeroplano ha sido hallada en buenas condiciones. «No había prácticamente óxido, parece como si se hubiera estrellado la semana pasada, los sellos de goma de las tuberías de combustible, por ejemplo, están casi nuevos», ha completado su descendiente. Las alas, no obstante, se separaron cuando el aparato chocó contra el suelo y se esparcieron en un área de unos 100 metros.
En palabras de Alistair, a pesar de que hubo tres Hellcat involucrados en el ataque, sus investigaciones desvelan que el avión que ha aparecido es el de su padre.
Nueva misión
Sin embargo, todavía les queda esclarecer dónde está el cuerpo de este ingeniero eléctrico que vivía en Nueva Zelanda cuando respondió a la llamada de la Commonwealth. Según sospechan, los restos podrían hallarse en el cementerio militar del Tromso (Noruega), aunque en una tumba sin nombre, lo que dificultará su identificación.
Ron Richardson viajó a Gran Bretaña cuando el gobierno llamó a los voluntarios a las armas para enfrentarse a los nazis. Allí se entrenó como piloto para, en los tres años siguientes, volar aviones Hellcat en el Mediterráneo.
En 1942 mantuvo un romance con Sheila, con la que se casó y se trasladó hasta Esher, Surrey. Así hasta 1944, cuando recibió las órdenes de hundir el Tirpitz, uno de los acorazados que causaban muchos quebraderos de cabeza a los convoyes que, desde Estados Unidos, arribaban a las islas cargados de suministros para evitar la escasez de alimentos.
Fuente ABC