Los primeros wearables, así empezó todo

Wearable tech / foto Shutterstock

Lo que hoy en día entendemos por wearable (que se puede traducir al castellano como tecnología vestible) es un dispositivo electrónico, de pequeño tamaño, que podemos llevar puesto como si fuera una prenda más. Aunque puede parecernos que la tecnología es rabiosamente moderna, en realidad sus orígenes pueden rastrearse incluso hasta el siglo XIX.

 

 

 

Porque si tenemos en cuenta la definición anterior, podemos considerar como uno de los primeros wearables, si no el primero, al audífono eléctrico inventado por Miller Reese Hutchinson en 1895, el Acusticón. Era un aparato que funcionaba con baterías, pero éstas eran tan grandes que debía llevarse en una pequeña bolsita colgada de la ropa. Aun así tuvo bastante éxito, e incluso la reina Alexandra de Dinamarca, que padecía de sordera, quedó tan contenta con él que invitó a Hutchinson a la coronación de su marido como rey de Inglaterra en 1902.

El Acusticón

En general los primeros wearables intentaban sustituir y reemplazar a dispositivos o artefactos analógicos que se usaban desde muy antiguo. Antes de las gafas de Google, del Fitbit, del Apple Watch, de los dispositivos bluetooth y de los smartphones hubo muchos otros wearables y prototipos curiosos.

Si tienes más de 30 años seguramente has tenido un reloj calculadora, uno de los primeros wearables modernos, que se empezó a comercializar a finales de la década de 1970 con gran éxito. En los años 80 hacían furor en España en las primeras comuniones.

Uno de los modelos calculadora de Pulsar

Y a finales de esa década llegaría el Walkman, que Sony empezó a comercializar en julio de 1979 y cambiaría para siempre nuestra forma de escuchar música.

En 1981 Seiko comercializó el UC 2000 Wrist PC, al que denominaron como el primer PC portátil, y que consistía en un reloj de muñeca al que se acoplaba un teclado rígido dispuesto sobre el brazo que permitía la introducción de hasta 2kb de información en el dispositivo. No tuvo demasiado éxito, porque aparte de dar la hora y realizar cálculos matemáticos, no hacía gran cosa más. Además, el tamaño del teclado era profundamente incómodo y, visto desde la perspectiva actual, ciertamente ridículo.

El UC 2000 Wrist PC

Tres años más tarde apareció el Nelsonic Space Attacker Watch, el primer reloj que incorporaba un videojuego, permitiendo a su poseedor jugar una versión muy básica de los clásicos marcianitos. Luego vendrían muchos otros más, gracias a los acuerdos con Sega, Nintendo y otras marcas, hasta bien entrados los años 90. Todos esos modelos, entre los que había versiones de Supermario y los Cazafantasmas, son hoy muy apreciados entre los coleccionistas y alcanzan precios elevados en las páginas de compraventa online.

El Nelsonic Space Attacker Watch

En 1989 la compañía Reflection Technology desarrolló el primer computador que se podía llevar puesto en la cabeza, con una pequeña pantalla colocada frente al ojo que ofrecía una resolución equivalente a una televisión de 12 pulgadas. Las imágenes y el texto aparecían en color rojo sobre fondo negro, y podía almacenar hasta 85 megabytes de información. Pronto surgieron dispositivos como faxes y laptops que hacían uso del Private Eye, que así se denominaba el artefacto y que algunos consideran el precedente más inmediato de las Google Glass.

El Private Eye

De la colaboración entre la marca de ropa Levi’s y la tecnológica Philips surgió en el año 2000 la Levi’s ICD+ Jacket, una chaqueta anorak que integraba un teléfono móvil, un reproductor mp3 y auriculares, con un botón que permitía cambiar el origen del sonido de uno a otro dispositivo para poder responder llamadas. Todo ello dispuesto en el interior de la prenda en bolsillos protectores, de los que en teoría no hacía falta extraerlos para hacerlos funcionar. Hay quien la considera el primer ejemplo comercial de prenda wearable, pero en realidad no era más que un envoltorio que albergaba otros dispositivos ya comunes.

Levi’s ICD+ Jacket

Pero sería a partir de la entrada del nuevo milenio cuando la tecnología daría un paso de gigante, con la proliferación de prototipos y dispositivos comercializables.

En 2004 se presentó en el Festival CyberArt de Bilbao la que sería el primer ejemplo de ropa tecnológica. Se trataba de la Hug Shirt (camisa de abrazos) fabricada por la empresa CuteCircuit, que permitía transmitir a distancia la sensación del tacto mediante un dispositivo bluetooth.

Hug Shirt

En los años siguientes la empresa desarrollaría la idea con el M Dress, un vestido que incorporaba una tarjeta SIM y permitía hacer y recibir llamadas sin usar un teléfono móvil; y con el TshirtOS, la primera prenda programable y controlable por una aplicación, en este caso de iOS, para mostrar imágenes y texto, reproducir música, y compartirlas en internet. Todos estos productos siguen vigentes y se pueden adquirir hoy en día.

A partir de ahi empezarían a llegar los dispositivos hoy de todos conocidos, el primer auricular bluetooth de Nokia en 2002, el iPod en 2001, el Fitbit en 2008, las Google Glass en 2013, la chaqueta solar de Tommy Hilfiger en 2014, el Apple Watch y Oculus Rift en 2015, entre los más conocidos.

Fuente LBV