Isabel de Castilla, la primera mujer en aparecer en monedas y sellos de los Estados Unidos

Anverso y reverso del cuarto de dólar isabelino
Anverso y reverso del cuarto de dólar isabelino

Cien años antes de que se organizase un jaleo tremendo por la celebración del quinto centenario de la llegada de Colón a América, hubo un cuarto centenario. Sucedió en 1893 y la celebración no fue en España sinó en Chicago, que aquel año organizaba la Exposición Universal. El tema de la exposición fue precisamente el descubrimiento y por eso se la llamó también Exposición Colombina Mundial.

 

Para la ocasión la Fábrica de Moneda norteamericana creó una serie de monedas conmemorativas. Todas ellas se pusieron en circulación, excepto una, el cuarto de dolar de Isabel (Isabella Quarter) que mostraba en su anverso el busto de la reina castellana.

¿Cómo se convirtió Isabel en la primera mujer en aparecer en una moneda de los Estados Unidos? La organización de la Exposición Universal de Chicago tenía dos direcciones, una masculina (Board of Gentleman Managers) y otra femenina (Board of Lady Managers). Esto había quedado establecido por el Congreso de los Estados Unidos un año antes, gracias a la insistencia de Susan B. Anthony, una de las más destacadas activistas por los derechos de la mujer en el siglo XIX. Ambas direcciones tenían la capacidad de proponer y vetar iniciativas.

Un año antes el Congreso también había aprobado la creación de la primera moneda conmemorativa de los Estados Unidos, una moneda de medio dólar destinada a ser vendida en la Exposición Universal, el medio dólar Colombino. Además de ser la primera moneda conmemorativa del país, también fue la primera moneda americana en que se representaba un personaje histórico, Cristóbal Colón. Cuando las lady managers vieron el resultado la consideraron poco artística, y se propusieron ser las autoras de la primera moneda realmente bella y artística emitida por el gobierno de los Estados Unidos.

Decidieron emplear para ello los diez mil dólares que el gobierno debía pagarles por su trabajo, pidiendo que se utilizasen en la creación de una nueva moneda conmemorativa. Se decidió que sería de un cuarto de dólar, y eligieron la figura de Isabel de Castilla, por la ayuda prestada a Colón en su expedición. En el anverso aparece la reina española de perfil y con corona, mientras que en reverso se optó por una figura femenina hilando, cuyo origen es un relieve del templo de Zeus en Olimpia.

Parece que la moneda no tuvo mucho éxito en su momento y apenas se vendieron unas pocas de las 40 mil acuñadas durante la Exposición, principalmente porque su precio era de un dólar, cuatro veces más que el valor que representaba. Unas 15 mil fueron devueltas al gobierno para ser refundidas, y un número similar fueron adquiridas por coleccionistas. Al final tan solo unas 24 mil fueron distribuidas al público. Sin embargo, hoy en día son muy codiciadas por los coleccionistas que pueden llegar a pagar hasta 6.000 dólares por hacerse con un ejemplar.

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Con motivo de la misma Exposición Universal se realizó una emisión especial de sellos, la primera emisión conmemorativa publicada por los Estados Unidos y que representaba varios eventos de la vida de Colón. También aquí aparece Isabel representada en al menos dos sellos, los de 5 y 15 centavos y los de 1 y 4 dólares. En el caso del sello de 1 dólar, que representa a Isabel prometiendo sus joyas a Colón, fue el primer sello jamás emitido por Estados Unidos con un valor superior a 90 centavos. El de 4 dólares sería el primer sello norteamericano en mostrar el retrato de una mujer.

En 1992 Italia, España, Portugal y Estados Unidos emitirían réplicas de aquella serie incluyendo los 16 sellos originales de la emisión colombina de 1893. Todas son exactamente iguales, salvo por el idioma.

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Fuente LBV