Belmopán, la capital más pequeña de toda América, fundada en 1970 por culpa de un huracán

Vista aérea de Belmopán/Imagen: Denis Barthel en Wikimedia Commons

Probablemente una de las ciudades más peculiares de toda América sea Belmopán, máxime teniendo en cuenta que carece del más mínimo atractivo monumental, cultural y, en suma, turístico. Es la capital de Belice pero en realidad no recibió esa designación, paralela a su auténtico desarrollo urbanístico (si es que se puede hablar así de un lugar que apenas pasa de diecisiete mil habitantes), hasta 1970, cuando una catástrofe natural hizo pensar a las autoridades del país que estarían más seguras en el interior que en la costa.

En 1961 el huracán Hattie, que alcanzó la categoría 5, arrasó el Caribe y aunque cuando llegó a tierra continental ya había perdido un grado de fuerza, todavía resultó lo bastante temible como para asolar lo que entonces era la Honduras Británica. Fue precisamente su capital, Belize City, la que se llevó la peor parte, azotada por fuertes vientos y anegada de tal manera que el 70% de los edificios resultaron dañados y cerca de diez mil personas perdieron sus hogares. Hubo tres centenares de muertos y los daños materiales se calcularon en torno a sesenta millones de dólares.

Trayectoria del huracán Hattie/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

El feo panorama hizo que el gobierno trasladara su sede. El litoral reveló ser una ubicación peligrosa, así que se desplazó treinta y un kilómetros tierra adentro, al valle del río Belice, donde además parecía haber cierta seguridad contra las inundaciones al hallarse a setenta y seis metros sobre el nivel del mar. Aquel lugar fue el elegido para fundar la que habría de ser la nueva capital, tal como el PUP (People’s United Party) propuso en un manifiesto titulado PUP for progress (PUP para el progreso). El PUP era el único partido político de la Honduras Británica en un contexto colonial, ya que, como indica su nombre, aún no se había alcanzado la independencia de Reino Unido.

Al año siguiente del desastre un comité eligió el emplazamiento de la nueva capital a ochenta y dos kilómetros de la anterior, en un terreno público que no era necesario expropiar y que presentaba buenas condiciones climáticas. El lugar exacto fue bautizado como Belmopán, una combinación de los nombres mayas de los dos ríos que atravesaban la zona, el Belice y su afluente, el Mopán.

Mapa de Belice con la ubicación de la nueva capital y la vieja/Imagen: Dreamstime

Ahora bien, faltaba lo más difícil, conseguir financiación. Para ello, el primer ministro George Cadle Price, uno de los fundadores del PUP y antiguo gobernador colonial (el país gozaba de un amplio autogobierno desde 1964), encabezó una delegación que viajó a Londres a solicitar ayuda económica. El ejecutivo británico no tenía en ese momento capacidad para afrontar un gasto así pero fue receptivo a la petición y el secretario de estado para la Commonwealth (Mancomunidad Británica de Naciones), Anthony Greenwood, incluso visitó la colonia personalmente.

El paso de Greenwood por Honduras Británica no sólo dejó una estatua en su memoria sino también un compromiso de ayuda, no explícito pero sí esperanzador. El presupuesto se calculó en unos cuarenta millones de dólares beliceños, cuyo valor de cambio era aproximadamente el doble que los estadounidenses, y aunque sólo había disponibilidad para la mitad se acometieron los primeros trabajos en 1967. Belmopán sería una ciudad completamente nueva, a la manera de Brasilia, diseñada de forma específica.

George Cadle Price (centro) junto al príncipe Michael de Kent el día de la independencia de Belice/Imagen: Pinterest

La primera fase, que consumió veinticuatro millones, quedó acabada en 1970. A partir de ahí se encargó la administración del proyecto a una entidad denominada RECONDEV (Reconstruction and Development Corporation), que debía armonizar las obras restantes con la dirección de lo ya terminado, puesto que la ciudad empezó a funcionar ya como tal. RECONDEV debía asegurar el suministro eléctrico y garantizar las condiciones necesarias para que empresas y particulares pudieran instalarse y desarrollar una vida normal.

Aún así, la novedad y la inseguridad en torno a las condiciones en que se encontrarían provocó que las embajadas mostraran reticencia a trasladarse desde Belize City; nadie quería arriesgar a asumir el coste de la mudanza para que después la capitalidad de Belmopán no se afianzase y el gobierno decretara el retorno a la costa. En ese sentido la situación fue realmente curiosa porque Belice, nombre que la Honduras Británica adoptó en 1973, obtuvo su independencia formal en 1981 (aunque no sería definitiva hasta once años más tarde por las reclamaciones territoriales que hizo Guatemala, que consideraba suyo -y sigue haciéndolo- más de la mitad del país)

Una calle de Belmopán/Imagen: Belmopan Online

El caso es que con la excepción británica, que se instaló en 1981, las legaciones se mantuvieron donde estaban hasta una fecha tan cercana como 2005, en que EEUU decidió construir una nueva sede diplomática y abrió así la puerta a que las demás, por fin, aceptaran moverse; casi medio siglo después de la fundación de Belmopán pero más vale tarde que nunca. Eso sí, todavía se da la singular circunstancia de que Belize City conserve cuatro embajadas y una treintena de consulados.

Y es que Belmopán no fue reconocida como ciudad hasta el año 2000, cuando celebró sus primeras elecciones municipales. No sólo por la ausencia de comicios hasta entonces sino también porque de infraestructuras anda un poco justa: cuenta con universidad pero carece de aeropuerto (sólo hay un aeródromo pequeño) y prácticamente de industria, funcionando menos de cuatro centenares de negocios. De un tiempo a esta parte se intenta promover el turismo con algunas ruinas mayas como reclamo (Tunichil Muknal, Caracol, Xunantunich), junto a parajes naturales (St. Herman’s Cave) y actividades al aire libre (tirolina, excursiones a la selva).

La Asamblea Nacional, sede del Parlamento, imita un templo maya/Imagen: Belmopan Online

Además, el número de vecinos es tan bajo -pese a que aumenta por la inmigración de indígenas mayas y de ex-habitantes de la anterior capital que buscan un lugar con más seguridad callejera-, que se trata de la capital más pequeña del continente americano. ¿Pintoresco? Pues el edificio de la Asamblea Nacional pretende imitar un templo maya…

Fuentes: Belmopan Online/Wikipedia/Wikitravel/LBV