Una nueva teoría propone que Alejandro Magno falleció paralizado seis días después de su supuesta muerte

El catafalco de Alejandro en un grabado del siglo XIX / foto dominio público en Wikimedia Commons

Alejandro Magno murió en Babilonia, en algún momento entre el 10 y el 13 de junio del año 323 a.C. Aproximadamente un mes antes de llegar a cumplir los 33 años. Su muerte siempre ha estado envuelta en el misterio y las especulaciones. Se han propuesto múltiples teorías, desde el envenenamiento hasta el alcoholismo o infecciones diversas, sin que sea posible probar ninguna de ellas
 

 

Ahora una investigadora de la universidad neozelandesa de Otago apunta una nueva posibilidad: el Síndrome de Guillain-Barré. En un artículo publicado en The Ancient History Bulletin la doctora Katherine Hall afirma que ninguna de las teorías propuestas hasta ahora ofrece una explicación plausible y factible de un hecho registrado por una fuente: que el cuerpo de Alejandro no mostró ningún signo de descomposición durante los seis días posteriores a la muerte.

Alejandro y Diógenes, cuadro de Paride Pascucci / foto dominio público en Wikimedia Commons

En aquel momento ese hecho se explicó por la creencia de que Alejandro era un dios, o por lo menos tenía ascendencia divina. Aunque también es cierto que una leyenda cuenta que el cuerpo se conservó al ser recubierto de miel.

Según Hall, junto con este retraso en la descomposición, se dijo que había desarrollado fiebre, dolor abdominal y una parálisis progresiva, simétrica y ascendente, así como que había permanecido compos mentis (con lucidez, en sus cabales) hasta justo antes de la muerte.

Estatua de Alejandro en el Museo Arqueológico de Estambul / foto Tkbwikmed en Wikimedia Commons

Ello sería coherente con un diagnóstico de Síndrome de Guillain-Barré contraído por una infección de Campylobacter pylori (una bacteria que se relaciona con la úlcera duodenal y otras infecciones gástricas, y que es causa del síndrome). El elemento clave aquí es la lucidez mental que, frente a la fiebre y el dolor abdominal, no ha recibido, según Hall, la debida atención.

Así Alejandro habría contraído una variante de neuropatía axonal motora aguda (precisamente asociada al síndrome Guillain-Barré) que le produjo la parálisis pero le mantuvo consciente. Según Hall el fallecimiento se produjo por las dificultades para diagnosticar esta enfermedad en la Antigüedad, cuyo tratamiento dependía más de la presencia de respiración que del pulso.

Alejandro explorando el mar, en una miniatura del siglo XV / foto dominio público en Wikimedia Commons

La parálisis del cuerpo junto con la disminución de la entrada de oxígeno habrían llevado a los testigos a creer que estaba muerto. A la confusión se habría sumado un posible fallo en la autorregulación de la temperatura de su cuerpo y la fijación y dilatación de las pupilas. Apunta Hall que por tanto, la conservación de su cuerpo no habría tenido ninguna causa milagrosa o divina. Simplemente no estaba muerto, solo paralizado. Su muerte real, dice la investigadora, se habría producido seis días más tarde.

Si la teoría es correcta, estaríamos ante el caso más famoso de pseudothanatos o diagnóstico falso de muerte jamás registrado. Y el síndrome de Guillain-Barré daría coherencia a todos los elementos variados que se han contado sobre su muerte, integrándolos con cierta elegancia.

Fuentes: Universidad de Otago / Did Alexander the Great Die from Guillain-Barré Syndrome? (Katherine Hall)/LBV.