El pez león, una especie invasora que se está propagando por el Mediterráneo

Este pez venenoso, procedente de los océanos Índico y Pacífico, ya ha colonizado casi toda la costa sureste de Chipre y sólo es cuestión de tiempo que se detecte en aguas españolas

El pez león, denominado así por sus llamativas aletas que evocan la melena de un león, está colonizando silenciosamente el mar Mediterráneo y su presencia puede tener un fuerte impacto ecológico y socioeconómico, según señala un comunicado difundido hoy por la Universidad de Plymouth, situada en el suroeste de Inglaterra. El género Pterois, que engloba a estos peces marinos venenosos, es propio de los océanos Índico y Pacífico, pero ya ha invadido parte del océano Atlántico y ahora se propaga por el Mediterráneo. Estos habilidosos cazadores no muestran un comportamiento agresivo hacia los nadadores y los accidentes sólo ocurren de forma casual o cuando un pescador captura un ejemplar.

Junto a un barco naufragado

No se muestra agresivo con las personas, pero representa un peligro potencial para la biodiversidad

«Hasta ahora apenas se había comunicado la presencia del pez león Pterois miles en el Mediterráneo y resultaba dudoso que esta especie exótica hubiera invadido la región como lo había hecho en el Atlántico occidental», informan los autores de un estudio que se publica hoy en Marine Biodiversity Records. «Presentamos evidencias de buzos y pescadores que confirman que esta especie ha aumentado recientemente y en un año ha colonizado casi toda la costa sureste de Chipre, probablemente debido al calentamiento de la superficie del mar«, añaden. El pez león Pterois miles se ha extendido a lo largo de la costa desde Limasol hasta Protaras en un año, por lo que sólo es cuestión de tiempo que se detecte en aguas españolas.

En la cueva de los Cíclopes

El pez león es carnívoro: se alimenta de peces pequeños y crustáceos. Vive algo más de diez años de edad y la hembra puede poner dos millones de huevos al año que durante unas semanas van a la deriva gracias a las corrientes marinas. Su éxito a la hora de colonizar nuevos territorios, y su veneno que aleja a los depredadores, convierten a este animal en un peligro potencial para la biodiversidad. «Al publicar esta información podemos ayudar a mitigar su presencia, por ejemplo ofreciendo incentivos a buzos y pescadores para que lleven a cabo programas de eliminación, que han funcionado bien en aguas poco profundas del Caribe, y restaurando las poblaciones de depredadores potenciales como el mero. Y el hecho de que se haya ampliado y profundizado el Canal de Suez obliga a tomar medidas para prevenir futuras invasiones», concluyen.

Fuente: National Geographic