MUSEO NACIONAL DEL PRADO: HISTORIA Y CUADROS

Con cerca de 200 años de vida, el Museo Nacional del Prado es una institución con un claro objetivo: “la alta misión de conservar, exponer y enriquecer” un amplísimo número de obras de arte que están fuertemente relacionadas con la vida de la España histórica.

Se le reconoce como uno de los acervos más impresionantes y valiosos del arte mundial y Europeo. Si aún no conoces el Museo Nacional del Prado, aquí te damos toda la información sobre su historia y su misión y, además, te ofreceremos una relación de los más célebres cuadros que alberga entre sus muros centenarios.

 

 

 

Qué es el Museo Nacional del Prado y dónde está

El Museo Nacional del Prado se encuentra en una bella zona ajardinada de Madrid, concretamente, en el llamado Paseo del Prado, s/n. El Museo Nacional del Prado es una institución sin fines de lucro que está sustentado por el Estado Español y el cual tiene una serie de objetivos bien definidos.

El primero de los objetivos que tiene el Museo Nacional del Prado es conservar las piezas más importantes del Patrimonio Histórico Español.

Además, el Museo Nacional del Prado se encarga de exhibir este patrimonio en colecciones que faciliten su disfrute y estudio.

El Museo Nacional del Prado también tiene como misión garantizar el acceso del público a las más grandes obras del arte mediante el desarrollo de programas educativos, de investigación y formación de especialistas.

El Museo Nacional del Prado además, contribuye a mantener una estrecha colaboración con otros museos y con instituciones culturales.

Además de ello, el Museo Nacional del Prado apoya a otras instituciones y al público en general con asesorías y servicios técnicos relacionados con el estudio y disfrute del arte español.

El Museo Nacional del Prado alberga piezas que datan desde el siglo XVI, y los especialistas suelen decir que se trata más de un museo de pintores que de obras. Ello se debe a que en un principio su catalogo seguía de cerca los gustos de los monarcas españoles, que se guiaban más por su deseo de completar la colección sobre un artista que en seguir una corriente o un periodo.

Por las razones expuestas abundan más obras de El Bosco, Tiziano, El Greco, Rubens, Velázquez, Goya… y sufre de  grandes lagunas en otros periodos importantes del arte español y europeo.

Historia del Museo Nacional del Prado

El Museo Nacional del Prado se encuentra en un gran edificio que fue construido en un primer momento como Gabinete de Ciencias Naturales. El rey Carlos III hizo al encargo al arquitecto real Juan de Villanueva en el año de 1785. Aunque la construcción fue terminada, le esperaban muchos años de destino y uso inciertos.

Sería el nieto de Carlos III, Fernando VII quien tomaría este palacete y lo convertiría por Real Decreto en el Real Museo de Pinturas y Esculturas. Antes de abrirse al publico en 1819 pasaría a convertirse en el Museo Nacional de Pintura y Escultura. Poco a poco iría adoptando su denominación actual, Museo Nacional del Prado.

En un primer momento, el Museo Nacional del Prado albergaba poco más de 300 pinturas, pero ya a mediados del Siglo XIX llegó a poseer más de 1500. Todas ellas procedían de los Reales Sitios, y son el basamento principal de las colecciones que alberga el Museo.

Cuadros del Museo Nacional del Prado

Como ya hemos señalado, el Museo Nacional del Prado es más una institución de pintores que de pinturas. Sin embargo, alberga algunas de las mayores obras del arte español, europeo y mundial. Entre ellas se puede contar.

El jardín de las Delicias de El Bosco. Una de las obras más enigmáticas de la historia.

El caballero de la mano en el pecho de El Greco. Un cuadro que fija las reglas de los retratos de manera indeleble y del que puedes gozar en el Museo Nacional del Prado.

El tránsito de la Virgen de Mantenga. Con un uso inolvidable de la luz.

La Sagrada Familia conocida como La Perla de Rafael. Cuya composición y ambiente lanza la representación de la infancia de Jesús a un nuevo nivel.

Carlos V en Mühlberg de Tiziano. Con el monarca cobijado por nubes tormentosas de singular belleza que remiten al descontento popular de aquella época.

El Lavatorio de Tintoretto. Una impresionante composición de absoluta modernidad de uno de los episodios de la vida de Jesús. Si acudes al Museo Nacional del Prado, no te pierdas esta magnífica obra.

El Autorretrato de Durero. Desde donde el grabador nos sigue con una dura mirada a todas partes.

Las tres Gracias de Rubens. Una evidencia del ideal del cuerpo femenino en su época.

La familia de Carlos IV de Goya. Un cuadro cuyas luces y sombras cuentan duras verdades sobre el monarca.

Y Las Meninas de Velázquez. Acaso el cuadro más famoso que alberga el Museo Nacional del Prado, con un uso de la perspectiva que se estudiará, sin duda, hasta el fin de los tiempos.

Curiosidades Museo Nacional del Prado

Algunas cosas que ni los más entendidos saben sobre el museo más célebre del arte español, conocido como el Museo Nacional del Prado.

¿Del Prado? Su nombre se debe a que se construyó, en efecto, sobre un gran prado: el de los Jerónimos, cercano a un monasterio. A pesar de los pomposos nombres con los que se le conocía en un principio, el habla popular le dio si nombre actual, aceptado por Real Decreto en 1920.

No es de los más visitados. Aunque alberga clásicos de la pintura universal, el Museo Nacional del Prado se encuentra apenas en el lugar número 12 de los museos más visitados en Europa. La causa: es de los más caros. Sin embargo, durante las dos últimas horas de su horario el ingreso es gratuito: hay que ir contra reloj para ver los mejores cuadros.

Su extraña arquitectura para un museo se debe a que el Museo Nacional del Prado estaba pensado para ser un almacén de ciencias, el de Carlos III, que encargó su construcción como un Real Gabinete de Historia Natural.

Estuvo abandonado y fue salvado por un falso incendio. A finales del siglo XIX el Museo Nacional del Prado estaba en tal estado de abandono que se iluminaba con hogueras. Hasta que el periodista español Mariano de Cavia publicó la falsa noticia de un incendio en el museo. La indignación por los “daños” hizo que la gente mirase al museo, y obligase al Estado a reparar y encargarse del recinto.

Picasso fue director del Museo Nacional del Prado durante tres años (1936-1939), aunque nunca ejerció, debido a los bombardeos de la Guerra Civil. Eso sí, siempre estuvo orgulloso de su cargo.

Fuente Sobrehistoria