Un nuevo cristal capaz de reparar por sí solo sus roturas y grietas. Es el descubrimiento que podría suponer el carpetazo a pantallas de teléfonos rotas, costosas reparaciones, móviles desechados… Lo acaba de poner sobre la mesa la Universidad de Tokio que, por causalidad, ha dado con un material que se autorrepara aplicando cierta presión con las manos en las piezas rotas.
Ahí, precisamente, radica la principal novedad de este avance y su posible impacto. Y es que, aunque hasta la fecha se había avanzado en materiales robustos con propiedades autorreparadoras, lo cierto es que, para que funcionasen, era necesario aplicar temperaturas de hasta 120 grados. Esto, en la práctica, derivaba en que esas virtudes fueran difícilmente aprovechables más allá del laboratorio.
Ahora, sin embargo, la eficacia de este material se ha comprobado en numerosas pruebas y, fundamental, a temperatura ambiente, en concreto, a 21 grados. Una nota curiosa es que el equipo de investigación japonés que ha dado con esta innovación, publicada en la revista Science, logró estos resultados por mero accidente.
Lo sucedido en laboratorio asombró tanto al equipo que la operación se repitió en múltiples ocasiones y en distintas condiciones. El resultado no cambió. El material quebrado se autorreparaba solo gracias a esa pequeña presión de segundos. Sin embargo, el cristal tarda en recuperar su estado alrededor de un par de horas.
Aunque desde equipos investigadores e, incluso, desde fabricantes de móviles, ya se habían producido avances en esta materia, esta es la primera vez que se logra que un material de este tipo de dureza se repare por sí solo a temperatura ambiente. De extenderse, esta innovación podría suponer el adiós a costosas reparaciones de pantallas de teléfonos móviles o tablets, además de contribuir a que menos equipos se desecharan por la rotura de una de sus partes más frágiles, las pantallas.
Fuente Ecoinventos