Las hermanas vietnamitas que lideraron un ejército de mujeres contra los invasores chinos

Trung Trac y Trung Nhi protagonizaron una rebelión contra el dominio del país por parte de la China de la dinastía Han a mediados del siglo I d.C.

Es lógico que un país como Vietnam, sacudido por una experiencia bélica tan terrible como la que llevó a conseguir su independencia en aquellas extrañas dos décadas de guerra (1955-1975), en las que de una forma u otra acabaron participando Francia, Estados Unidos, Camboya y Laos, -aparte del conflicto civil entre norte y sur-, es lógico, digo, que recurra a la Historia para ensalzar ejemplos de movimientos similares que pasen a vertebrar su espíritu como nueva nación. Uno de ellos, conmemorado actualmente con una festividad en febrero y el bautizo de calles en muchas ciudades, así como dedicatorias de templos y monumentos, es el de las hermanas Trung.

El territorio vietnamita había sido anexionado por el emperador Wu en el año 111 a.C. mediante la llamada Guerra Han-Nanyue (Nanyue fue el nombre que dieron los conquistadores al país, por entonces más extenso que en la actualidad y que incluía lo que hoy es la zona sureste de China). Sin embargo, el gobernador chino To Dihn se empleó de forma abusiva, eliminando costumbres ancestrales, anulando la organización tradicional de la gente e imponiendo fuertes tributos, por lo que no tardó en extenderse el descontento.

Hacia el año 40 d.C. brotaron los primeros levantamientos contra el invasor, con foco en Yue, una zona rural norteña. Ahí es donde aparecen las hermanas, aunque se desconoce casi todo lo relativo a sus vidas anteriores a estos hechos porque las fuentes disponibles no dicen nada al respecto. Son dos fundamentalmente, una china y otra vietnamita: la primera es el Libro de los Últimos Han, obra escrita por el historiador Fan Ye en el siglo V; la segunda, los Anales Completos de Dai Viet, que se publicó en 1479.

De ambas se saca en conclusión que las Trung eran naturales de la localidad deJiaozhi, donde habrían nacido en torno al año 12, sabiéndose que eran hijas del prefecto de Mi Linh, quien las habría adiestrado en artes marcialestácticas bélicas.

Mapa de la región en conflicto/Imagen: Hello World CIV
Mapa de la región en conflicto / Imagen: Hello World CIV

La mayor era Trung Trac, que se casó con Thi Sach (Shi Suo en la versión china), el hijo de otro prefecto vecino que, al igual que el anterior, gobernaba sometido a los extranjeros pero destestándoles. Los excesos de los chinos, que como es lógico no figuran en la obra de Fan Ye, llevaron a Thi Sach a ponerse al frente de una conspiración en la primavera del año 40.

Fue descubierta y en la represión subsiguiente Thi Sach acabó detenido y ejecutado. Fue la chispa que prendió la mecha de la insurrección. Para sorpresa de los chinos, la esposa del líder fallecido tomó su lugar y continuó la lucha. No sólo eso sino que además incorporó como oficiales a una treintena de mujeres, parte de las cuales eran de su propia familia.

Aquel extraño contingente consiguió hacer frente a sus hombres durante tres años, ganando para su causa una setentena de ciudades mientras Trung Trac era proclamada Vuong (Reina), estableciendo su capital en Mi Linh y aspirando a restablecer la dinastía Hung después de expulsar a los chinos. El emperador Guang Wu, aunque tardó en tomarse en serio el problema (debido seguramente a que se limitaba al campo, mientras que las ciudades seguían bajo su control), finalmente envió una expedición de diez mil hombres al mando del prestigioso general Ma Yuan.

Con el pomposo título de Fubo Jiangjun (General que calma el oleaje), Ma Yuan inició una campaña militar apoyado por una flota que le facilitaba el abastecimiento de víveres, ya que el terreno de operaciones era cercano a la costa, centrado sobre todo en el delta del Río Rojo. El avance de las tropas chinas fue lento pero imparable.

El emperador chino Guang Wu/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons
El emperador chino Guang Wu / Imagen: Dominio público en Wikimedia Commons

Por supuesto, una aventura así no podía durar mucho. En torno a la primavera del año 43 las Trung fueron finalmente derrotadas y perdieron la vida, según una versión en el campo de batalla y según otra a manos del verdugo. Los detalles más escabrosos hablan de violación previa y de que sus cabezas fueron enviadas al emperador como una especie de trofeo. No obstante, hay multitud de leyendas al respecto, desde las que cuentan que nunca murieron a las que hablan de suicidio.

De hecho, las habladurías no se limitaron a ellas, ya que otra historia que se difundió fue la de una guerrera que dio a luz en pleno combate y siguió luchando con el bebé a cuestas, o la más inaudita de todas: Ma Yuan ordenó a sus soldados presentarse desnudos en el campo de batalla haciendo que el ejército femenino, abrumado por la vergüenza, se dispersara.

En ese sentido, el análisis de los textos vietnamitas por parte de los historiadores apunta más bien a conclusiones contrarias: frente a la hagiográfica versión clásica que habla de una considerable importancia de la organización matriarcal, las mujeres se habrían quedado solas en la rebelión porque sus homólogos masculinos no las tomaron en serio y se negaron a servir a sus órdenes. El machismo, pues, habría puesto fin a la liberación de Vietnam.

Fuentes: Mujeres de capa y espada (Jose Antonio Solís Miranda) / The birth of Vietnam (Keith Weller Taylor) / Ground Warfare: An International Encyclopedia, Volumen 1 (Stanley Sandler) / Wikipedia/LBV.