La primera gran rebelión campesina de China se inició para evitar la pena de muerte por llegar tarde

La vida de un campesino no era fácil a finales del siglo III a.C. pero en China resultaba especialmente dura bajo el mandato del emperador Qin Er Shi, el segundo de la dinastía Qin. Por eso era cuestión de tiempo y oportunidad que brotase un levantamiento contra su autoridad y el previsible momento llegó en el año 209 a.C. de la mano de dos labradores llamados Chen Sheng y Wu Guang, que formaban parte de una fuerza reclutada para proteger las fronteras pero que se alzaron en armas tras matar a sus oficiales. Fue la primera rebelión campesina de China de cierta importancia y se la conoce como Dazexiang por el lugar donde se produjo.

 

La dinastía Qin tiene una relevancia especial para la historia de China por dos razones. Una, que de esa palabra parece derivar el nombre del país, China, puesto que Qin se pronuncia “chin”. La otra, el haber sido la primera del Período Imperial, es decir, aquel en que sus mandatarios pasaron de reyes a emperadores tras la unificación del país realizada por Qin Shi Huang, unificación que no se limitó a una cuestión territorial sino también cultural y administrativa (código legal, escritura, sistema de pesos y medidas, moneda…); fue también cuando se empezó a construir la Gran Muralla y cuando el emperador ordenó la destrucción de clásicos literarios y religiosos para centralizar todo posible poder en su persona.

La unificación de Qin Shi Huang/Imagen: SY en Wikimedia Commons

El que se hizo llamar Primer Emperador y cuyo nombre original era Zheng (por el mes homónimo del calendario chino en que nació) se proclamó en el 221 a.C. pero antes ya era rey del estado chino de Qin desde el 247 a.C., a cuyo trono ascendió con sólo doce años. De hecho, el suyo era el más poderoso de todos los estados feudales de la etapa que se conoce como Reinos Combatientes, una lucha de todos contra todos por dominar a los demás en la que finalmente se impuso al derrotar a Qi, el último estado chino independiente que le hacía frente.

Entonces, Qin Shi Huang y su eficaz ministro Li Si reestructuraron el país aboliendo el feudalismo y creando treinta y seis provincias, cada una de las cuales estaba dirigida por un trío de gobernadores (civil, militar y mediador entre ambos) nombrados por él. Como dijimos antes, también llevó a cabo una intensa labor cultural con luces y sombras. Qin Shi Huang falleció en el año 210 a.C. y fue enterrado en la famosa tumba de Xi’an, escoltado por miles de soldados de terracota, sucediéndole su hijo Hu Hai con el nombre de Qin Er Shi.

El emperador Qin Shi Huang/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Pero éste no fue tan capaz como su padre. Para empezar, no era el heredero legítimo, honor que recaía en su hermano Fusu pero que fue inducido a suicidarse mediante engaños por Li Si y Zhao Gao (jefe de los eunucos de palacio) al considerar que Hu Hai les resultaría más manejable. Así fue, en efecto: el nuevo emperador era un títere en sus manos y empezaron a deshacerse de toda oposición por métodos expeditivos. La represión se extendió a todos, desde los otros hermanos del emperador al pueblo, que no tardo en reaccionar con revueltas.

En ese contexto se desató el levantamiento de Dazexiang, entrando en escena los dos personajes citados al principio, ambos naturales de la provincia de Henan. Eran oficiales de una columna de novecientos campesinos reclutados a la fuerza para vigilar la frontera septentrional de Yuyang contra la amenaza de Xiongnu, una confederación de pueblos nómadas de las estepas mongolas que bajo el liderazgo de Màodùn trataban de conquistar esa región. Los chinos emprendieron la marcha hacia allí pero a su paso por la provincia de Anhui tuvieron que detenerse porque las continuas lluvias habían ocasionado graves inundaciones que cortaban el camino y les bloqueaban en aquel sitio.

Se cuenta que, para comprobar el grado de lealtad de los cortesanos, Zhao Gao presentó un ciervo al emperador diciendo que era un caballo. Los que le llevaron la contraria acabaron ejecutados/Imagen: Meisiluosi en Devian Art

Puede parecer demencia pero, pese a tratarse de una causa de fuerza mayor, para el tiránico gobierno imperial del momento no cabían tales excusas: llegar tarde a su destino significaba la pena de muerte, así que, no teniendo nada que perder, Chen Sheng y Wu Guang organizaron un motín, mataron a los mandos e iniciaron un levantamiento contra el emperador en nombre del malparado Fusu. Era julio de 209 a.C. y con su exigua fuerza se adueñaron de Dazexiang, donde habían acampado, y después ocuparon otras localidades vecinas, uniéndoseles más hombres hasta formar un considerable ejército de veinte mil efectivos deseosos de salir de la miseria y la opresión.

Entre los que se sumaron a aquella causa figuraba el general Xiang Yu, del estado de Chu, uno de los grandes de aquellos Reinos Combatientes que mantenía cierta animadversión hacia la dinastía Qin y en cuyo territorio se habían producido ya algunas revueltas. Yan era de los pocos militares que lograron sobrevivir a las purgas ordenadas por el gobierno. Cuando se hizo evidente que el fallecido Fusu ya no era alguien por quien luchar, buena parte de los insurrectos animó a Chen Seng a proclamar el Reino de Chu y asumir él mismo su corona como Zhangchu, es decir, rey. Así lo hizo, estableciendo su capital en lo que hoy es Huaiyang, Henan.

Soldados chinos durante la dinastía Qi (Ángel García Pinto)/Imagen: Pinterest

Para darle fuste, el nombre de Chen Seng asociado a su nuevo cargo fue escrito en pequeños pedazos de tela que se introducían en el estómago de peces para que después, al ser pescados, se encontraran los mensajes en medio de un aura casi mágica. De esta forma, el autonombrado monarca quedaba legitimado como resultado de una predestinación y podía expandir la insurrección. De hecho, circularon leyendas sobre dicha predestinación como la que contaba que en su juventud, estando con un grupo de amigos, les aseguró que no los olvidaría nunca y cuando se rieron de él preguntándole con sorna si estaba insinuando que algún día sería rico y poderoso les respondió que nadie puede entender la ambición de un cisne.

El caso es que, tomando como punto de partida la capital, los rebeldes emprendieron una campaña con tres columnas para expandir la insurrección. Una la mandaba un general de noble cuna, Xiang Yu; otra un simple campesino -pero gran administrador- llamado Liu Bang. La tercera la dirigía Wu Guang, que partió hacia el oeste con la misión de tomar varias fortalezas y poner sitio a la ciudad de Xingyang. Pero tras iniciar las operaciones y enterados de que un descomunal ejército al mando del general imperial Zhang Zhang marchaba hacia allí desde su retaguardia amenazando envolverlos, los oficiales de Guang le propusieron variar los planes y levantar el asedio para hacerle frente. Ante la negativa de Guang, le asesinaron, privando a Chen Seng no sólo de su mano derecha sino de buena parte de sus fuerzas.

Lervantamientos durante la dinastía Qin/Imagen: SY en Wikimedia Commons

Esto revelaba la verdadera situación de la Rebelión Dezaxiang, un alzamiento desesperado cuyos efectivos eran campesinos sin experiencia ni entrenamiento, incapaces de resistir a un ejército profesional como el imperial. Poco importaba, en ese sentido, que Guang fuera semidivinizado, dedicándosele estatuas en las entradas de los templos; sencillamente no había fuerzas suficientes para hacer frente al emperador. Ante el avance implacable de sus tropas, los seguidores de Cheng empezaron a dudar y finalmente aquel visionario fue asesinado por su propia gente; la aventura no había resistido más de cinco meses.

Eso sí, continuaban activos Xiang Yu y Liu Bang. Además, la llama prendió y desde entonces se hicieron frecuentes los levantamientos. Ninguno tenía por sí solo dimensión bastante para derrocar al emperador pero hubo tantos simultáneos que el estado de agitación continua resultaba imposible de aplacar. Qin Er Shi aprovechó para culpar a sus ministros y librarse de sus manejos, ejecutándolos junto a un buen número de cortesanos sospechosos de desafección. Pero el descontento no decreció y toda la obra de unificación que había hecho su padre termino por desmoronarse.

La guerra civil entre Liu Bang y Xiang Yu/Imagen: SY en Wikimedia Commons

La derrota en la Batalla de Julu ante Xiang Yu fue la gota que colmó el vaso. El emperador condenó a muerte al general vencido y enterró vivos a los doscientos mil soldados que habían perdido pero sobrevivido al combate, así que el eunuco Zhao Gao, viendo que se le escapaba el control de su títere, dio un golpe de estado y le forzó a suicidarse, repitiendo la jugada hecha con su hermano. Un hijo de éste, Ziying (otras versiones dicen que era otro hermano), le sucedió en el trono (y, por cierto, mandó matar al eunuco) pero no duró mucho en el trono.

Si su predecesor apenas reinó tres años él sólo llegó a cuarenta y seis días porque en diciembre de 207 a.C. tuvo que rendirse ante Liu Bang, el campesino que dirigía una de las columnas rebeldes. Bang entró en Xianyang en enero de 206 a.C. y cuatro años después, tras una guerra civil en la que gracias a sus buenas dotes políticas se ganó el apoyo popular imponiéndose a su antiguo aliado Xiang Yu (al que ejecutó junto a Ziying), se autoproclamó emperador fundando una nueva dinastía, la Han; duraría cuatro siglos.

Fuentes: China (Flora Botton Beja)/Breve historia de la China milenaria(Gregorio Doval Huecas)/The dynamics of China’s rejuvenation (Jianrong Huang)/Terracotta warriors. History, mystery and the latest discoveries(Edward Burman)/Wikipedia/LBV