Internet no te va a funcionar más rápido, da igual la velocidad que contrates

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Internet no te va a funcionar más rápido en determinadas acciones, tengas la velocidad que tengas. Sí, la carga de una página web –o más bien descarga- será más rápida o lenta, de manera proporcional a la velocidad de tu conexión a Internet. Pero llegados a un punto, ya no vas a poder conseguir más inmediatez en esto, por ejemplo, porque hay determinadas cuestiones en las que la velocidad de tu conexión no influye.

 

Estamos a punto de vivir el salto a los 600 Mbps por parte de Movistar. Y esta misma velocidad la ofrecen otros operadores. Seguro que recordarás cuando pasamos de 100 Mbps a 300 Mbps, por ejemplo. Y quizá entonces te diste cuenta de que, aunque la carga de páginas web se llevaba a cabo de forma más rápida, tardaba exactamente lo mismo en empezar a cargar esta página web. Esto es así por el ‘FBT’de ‘First Byte Time’. Es decir, el tiempo que tarda desde que introduces la URL hasta que llega el primer byte de esa determinada página web.

El ‘Time to First Byte”, o First Byte Time es el tiempo que tarda un servidor en enviar el primer byte desde que se ejecuta la solicitud de carga de una página web.

La velocidad de Internet no depende (solo) de la velocidad de tu conexión

Aunque tengas 600 Mbps, tardará exactamente lo mismo en ejecutarse –para ti-una determinada página web que para un usuario con 50 Mbps. No hablamos de la carga completa, sino del arranque. Es precisamente eso el ‘first byte time’, o tiempo que pasa desde la solicitud hasta la recepción del primer byte. Y es que este tiempo es ajeno a tu velocidad de conexión, y corresponde a otras cuestiones como la resolución del nombre de dominio, condicionada por el rendimiento del DNS; y también el tiempo de respuesta del servidor.

Cuando tú introduces una URL en el navegador web, el ordenador –o móvil-manda una solicitud. Esta solicitud se traduce en una dirección IP, algo que lleva a cabo el servidor DNS y se llama resolución de nombre de dominio. Esto ocurre en un tiempo que es completamente independiente de tu velocidad de conexión. A esto hay que sumarle el posible tiempo de una redirección, por ejemplo, de HTTP a HTTPS. Este tiempo que tarda en hacerse la redirección depende también del rendimiento del servidor en que se aloja el portal web, y no tiene relación con la velocidad de tu conexión.

Y hay otros procesos aquí, como el tiempo de respuesta del servidor. Este tiempo es lo que tarda el servidor que aloja la página web en enviar el primer byte de vuelta a nuestro dispositivo –desde la solicitud-. Y es dependiente de su rendimiento tanto por su conexión, por la congestión de tráfico, o sencillamente por las prestaciones en términos de hardware del propio servidor.

Entonces ¿da igual la velocidad de conexión que contrate con mi operador?

No. Esto hay que matizarlo. Contando como posible que la velocidad de nuestra conexión a Internet fuese ‘infinito’, la tendencia de la velocidad de carga de una página web no endería a cero. Eso es lo que queremos decir, que por mucha velocidad de conexión a Internet que tengas contratada, y por muy inmediata que sea la misma por las prestaciones de la fibra óptica, que los tiempos de carga –o descarga- lleguen a cero es imposible, siempre hay un tiempo invariable que depende de factores externos.

Poniendo un ejemplo más práctico, con nuestro portal web ADSLZone, lo podemos ver más claro:

Desde que tratamos de acceder a ADSLZone.net, se lleva a cabo la resolución del nombre de dominio, a continuación se ejecuta una redirección de HTTP a HTTPS para cifrar el tráfico intercambiado entre cliente y servidor, y viceversa, y en último lugar arranca la carga de los contenidos de la página web. Hasta que esto ocurre tenemos tres tiempos que dependen, en su duración, del servidor y no de nuestra velocidad de conexión a Internet: resolución DNS, redirección 301 (permanente) y TTFB. Y más adelante tendríamos otros tiempos dependientes incluso de servidores terceros, por los contenidos dinámicos cargados en JavaScript. En todo esto, llega un punto en el que no importa qué velocidad de conexión tengamos, que estos tiempos no tienden a cero.

Fuente > ADSLZone