La denominada tumba de Cristo, en la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, ha sido explorada durante sesenta horas, revelando un hallazgo histórico y asombroso
La tumba en la que supuestamente yació Cristo, en la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, quedó al descubierto la pasada noche del 26 de octubre y en el transcurso de unas sesenta horas. El revestimiento de mármol que la cubría ha sido colocado de nuevo y podría quedar sellada durante siglos o milenios. «La conservación arquitectónica que estamos implementando está concebida para durar para siempre«, afirma Antonia Moropoulou, la supervisora de los trabajos de restauración, en el segundo artículo sobre este tema que ha publicado la edición internacional de National Geographic. Sesenta horas…
«Estoy totalmente sorprendido. Me tiemblan un poco las rodillas porque no estaba preparado para esto», expresa el arqueólogo Fredrik Hiebert, de National Geographic Society, quien participa en la investigación. «No lo podemos afirmar al 100%, pero esto parece una prueba visible de que la localización de la tumba no ha cambiado a lo largo del tiempo, algo que los científicos e historiadores se han preguntado durante décadas». ¿A qué prueba visible se refiere?
Los investigadores afirman haber encontrado intacta la cama sepulcral labrada en la roca caliza
La pesada losa de mármol fue retirada la noche del 26 de octubre y debajo apareció material de relleno, compactado por el paso de los siglos. Los investigadores de la Universidad Técnica Nacional de Atenas continuaron trabajando de forma ininterrumpida durante horas, desempolvando el sitio más sagrado del cristianismo. En 1555, y puede que mucho antes, la tumba excavada en la roca maciza fue cubierta con un revestimiento de mármol, presuntamente para evitar el expolio de peregrinos ávidos de recuerdos.
Los investigadores retiraron delicadamente el material de relleno y se toparon con otra losa de mármol, con una cruz cristiana grabada que podría datar de la época de las Cruzadas. La noche del 28 de octubre, unas horas antes del sellado definitivo de la tumba, apareció intacta la cama sepulcral labrada en la roca caliza. La tradición cristiana afirma que el cadáver lacerado de Cristo fue extendido sobre una plataforma o cama sepulcral tallada en una cueva de piedra caliza perteneciente a José de Arimatea, un judío rico e ilustre que se convirtió en discípulo de Jesús.
«Puede que no sepamos con total seguridad si el sitio del Santo Sepulcro corresponde efectivamente a la tumba de Jesús, pero sin duda no tenemos otro sitio que pueda ser reclamado como tal y, además, no tenemos ninguna razón para rechazar la autenticidad del sitio«, sostiene Dan Bahat, un arqueólogo israelí veterano y conocido por sus excavaciones en Jerusalén. ¿Cuáles son los argumentos de peso para afirmar que se trata de la tumba de Jesucristo?
Las fuentes históricas sugieren que el emperador Adriano levantó un templo sobre la tumba de Cristo para reivindicar el poder de la religión estatal romana en un sitio que veneraban los cristianos desde hacía años. Constantino, el defensor del cristianismo, ordenó la demolicion del templo y levantó una basílica que ha sufrido numerosas destrucciones y reconstrucciones a lo largo de la historia. Las excavaciones realizadas en el interior de la iglesia del Santo Sepulcro durante el siglo XX revelaron unos vestigios que, según se cree, pertenecieron al templo de Adriano y a los muros del templo original de Constantino.
Los arqueólogos también documentaron una antigua cantera de piedra caliza y, al menos, una docena de otras tumbas excavadas en la roca, algunas de las cuales se pueden ver hoy. Los trabajos de restauración del Edículo finalizarán la primavera que viene y, de momento, toda la información obtenida durante estos días será analizada en busca de nuevas respuestas.
Fuente National Geographic