Dingo Fence, la valla de más de 5.000 kilómetros que atraviesa Australia

Uno de los temas de actualidad estos días es la construcción -o prolongación- del famoso muro que separa EEUU de México, que se empezó en 1994 bajo la administración Clinton para intentar contener la inmigración ilegal desde el sur.

Si Donald Trump consigue sacar adelante su promesa y termina de blindar la frontera (aún le falta un tercio aproximadamente), el muro cubrirá una distancia total de 3.185 kilómetros, lo que lo convertirá en una separación artificial importante… pero lejos de otras como la Gran Muralla China, que se extiende a lo largo de 21.196 Km e incluso de una muy poco conocida que atraviesa la mitad de Australia de este a oeste por 5.614 kilómetros: la Dingo Fence.

Eso sí, la Dingo Fence no se erigió para impedir el acceso de emigrantes, como en el caso estadounidense, ni para cerrar el paso a ejércitos enemigos, como en China. De hecho, no era a humanos a quien se intentaba mantener alejados sino animales; concretamente uno endémico de Oceanía y el sudeste asiático, especialmente numeroso en Australia y que por eso ha dado su nombre a la valla: el dingo.

Efectivamente, la fauna australiana presenta algunas especies características y ésta, Canis lupus dingo, es una de las más significativas, aunque quizá no tan representativa como el canguro o el emú. No obstante, para ser exactos, hay que decir que inicialmente la Dingo Fence tampoco iba contra los dingos sino contra los conejos, que en la segunda mitad del siglo XIX se convirtieron en un grave problema al dispararse su población y amenazar las tierras de cultivo.

Conejos en Australia/Foto: Hankering for History

En Australia no había conejos hasta que un granjero llamado Thomas Austin introdujo seis parejas en 1859 para que se reprodujeran y tenerlas en su finca como especie cinegética. Lo que no pensó el pobre Austin es que, al no ser un animal autóctono de aquella tierra, el conejo carecía de depredadores naturales, por lo que en media docena de años y teniendo en cuenta su fertilidad aquellos seis individuos habían pasado a ser unos 40.000 y, por supuesto, no se conformaron con quedarse en su hacienda, extendiéndose por otras regiones.

Así fue cómo los conejos pasaron a ser una plaga que destrozaba los sembrados con sus redes de túneles subterráneos, devoraba las cosechas y dejaba sin pastos a la importante cabaña de ovejas. Las autoridades tuvieron que tomar cartas en el asunto e incentivar partidas de caza que, pese a su esforzada labor (se calcula que para el año 1887 llevaban abatidos 20 millones de conejos) resultaban insuficientes; hacían falta más medidas y se probó con trampas y venenos sin obtener resultados apreciables.

Cazadores de conejos en Nueva Gales del Sur a comienzos del siglo XX/Foto: National Museum Australia

Entonces se decidió acotarlos, impidiéndoles el paso a la zona meridional de Queensland y a Nueva Gales del Sur, que eran las más fértiles -por tanto donde florecía especialmente la ganadería ovina- y en la que hasta entonces se habían centrado las campañas de exterminio con más éxito. Para ello, durante los primeros años de la década de los ochenta decimonónicos, se empezó a levantar una valla de 1,80 metros de altura desde las localidades de Jimbour (en Darling Downs) hasta los acantilados de Nullarbor, en la península de Eyre.

Nada menos que 5.614 kilómetros que se terminaron en 1885 y la convierten en el cercado más largo del mundo en su modalidad… y el más inútil si se atiende a sus resultados, porque los conejos consiguieron eludirla sin mayor dificultad, de manera que su población siguió creciendo y poniendo en serio riesgo la economía agrícola australiana hasta que la propia naturaleza tuvo que acudir en ayuda del Hombre: ya a mediados del siglo XX los científicos soltaron una partida de mosquitos infectados con mixomatosis, un virus que afecta gravemente a los conejos, y por fin lograron reducir su número, manteniéndolo a raya desde entonces.

Dingo Fence/Foto: dominio público en Wikimedia Commons

Cabe entonces preguntarse si la valla fue un esfuerzo en vano. La respuesta es que no porque si bien había resultado ineficaz contra los conejos, se observó que sí impedía el paso a canguros, emúes y brumbies (caballos cimarrones), que también constituían un problema, aunque no fuera tan grave como el otro; evidentemente, dado el tamaño de estas especies, ninguna podía colarse por huecos o abrirse paso por debajo.

Pero había otro animal de riesgo directo para las ovejas: el citado dingo, un cánido descendiente del lobo asiático que normalmente se alimentaba de roedores y canguros pero que encontró en el ganado una buena alternativa alimentaria; baste reseñar que en una fecha tan cercana como 1991 los dingos mataron tres millares de ovejas. Aún así, el Dingo Fence tuvo éxito en mantener a salvo esa zona de exclusión, de cuyo interior había sido prácticamente erradicado.

Un dingo/Foto: Quartl en Wikimedia Commons

Y, si bien con el tiempo parece que los dingos aprendieron a abrir boquetes con sus fauces, el Dingo Fence sigue siendo un método más o menos eficaz para mantenerlo alejado; combinado, eso sí con los cebos envenenados y las partidas de caza, propuestos como alternativa dado el coste de mantenimiento de la valla, que obliga a reponer periódicamente decenas de miles de kilómetros de alambre y redes, sin contar los 23 funcionarios que se ocupan de ella inspeccionándola cada semana.

Estos últimos puede parecer que no constituyen una plantilla amplia, pero hay que tener en cuenta que hay granjas que tienen una extensión superior a algunos países europeos y aportan su propio personal. En ese sentido hay que decir que, en algunos tramos, la valla está electrificada.

Áreas de distribución del dingo en Australia; en rojo, el Dingo Fence/Imagen: Roke-commonswiki en Wikimedia Commons

Fuentes: Australia (Phillip Knightley y R.M. Crawford) / The Dingo Debate. Origins, Behaviour and Conservation (Bradley Smith) / The development of policy of the management of dingo populations in South Australia (R.J. Downward y J.E. Bromell) / History of barrier fences in Queensland (Queensland Department of Natural Resources and Mines) / Wikipedia/LBV