El pasado 24 y 25 de marzo la Costa Brava albergó la primera edición de «Lloret negre», un festival de novela negra, espionaje e historia. El evento fue clausurado con gran éxito por la comisaria, Angelique Pfitzner
En una de sus mesas redondas, los ponentes dirimieron sobre los actos de barbarie que han logrado modificar el pasado. Y entre ellos, José Luis Muñoz destacó las bombas de Hiroshima y Nagasaki
«Proceded con arreglo a lo previsto. Para el 6 de agosto». Tras escuchar estas tristes palabras, el comandante Paul Tibbets alzó el vuelo con su Fortaleza Volante B-29 (bautizada como «Enola Gay») y dejó caer sobre la ciudad japonesa de Hiroshima a «Little Boy», una gigantesca bomba de uranio cuya potencia equivalía a 20 toneladas de TNT. Aquella jornada de 1945, 140.000 hombres, mujeres y niños fueron aniquilados por el terror nuclear americano. Por si fuera poco, tan solo tres días después el país de la libertad perpetró otro ataque similar sobre Nagasaki en el que murieron 74.000 personas (una cifra que, posteriormente, aumentó hasta los 137.000). Seguir leyendo «El mayor acto terrorista de la historia lo hizo EE.UU. al asesinar a miles de civiles en la IIGM»